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Circunspecto. Clásica pose de entrenador. |
Torbjörn Gehrke ya era treintañero cuando el Tau le dio un contrato temporal en la 97-98. Fue el único baloncestista sueco en pasar por la ACB hasta que en la 2010-11 debutó Marcus Eriksson en el Manresa. Gerhke jugó solamente cinco partidos en los que no destacó (1,8 puntos y 1,6 rebotes en 8 minutos de promedio) dentro de una batería de interiores que incluía a Anthony Bonner y Jorge Garbajosa. Su vínculo no fue renovado y ahí quedó, como una entrada más en la enciclopedia del baloncesto nacional.
Le mandé un mensaje en Facebook sin mucha fe --a los exjugadores no les gusta recordar, por lo general, los sitios donde han jugado poco--, pero me ha respondido con mucha amabilidad. Os lo voy a pegar directamente (previa torpe traducción), porque hace una serie de reflexiones muy interesantes, tanto personales como sobre el baloncesto español en general.
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No debe haber muchas fotos
de él en acción con el Tau. |
"El tiempo en Vitoria fue el mejor de mi carrera profesional. Me encantaba el país, la gente y la cultura. El equipo era seguramente demasiado bueno para mí, pero realmente disfruté de los compañeros y del entrenador (Sergio Scariolo) y del hecho de tener un papel propio en el equipo. Desafortunadamente solo estuve dos meses, y honestamente creo que cometí un error al irme. Era el momento cumbre de mi carrera y simplemente quería más tiempo de juego, pero el Tau era simplemente demasiado bueno para que eso pasase. Pienso que si hubiera permanecido en el equipo hasta el final, y aceptado ese papel pequeño, ahora seguiría viviendo en España. Desde que empecé a hablar el idioma con fluidez pude apreciar realmente todas las horas del día, no solamente las del entrenamiento y el partido. La cosa que más echo de menos de España, y que me gustaría que tuviésemos en Suecia, es el respeto por el juego. Esto significa que en España eres respetado por el baloncesto y está considerado un trabajo real. Eso a veces no ocurre en mi país. No hablo de dinero, sino de la actitud hacia el deporte y la importancia no solo de los resultados, sino también del respeto por lo duro que es hacer un trabajo bien.
He entrenado profesionalmente en Suecia durante diez años e incluso he sido asistente en el equipo nacional durante cinco. He tenido buenos resultados y amo mi trabajo, pero en Suecia es un trabajo, no una profesión".
Mi conclusión sobre lo que dice este hombre, que escribe desde un país mucho más civilizado que el nuestro, es que a menudo no apreciamos lo que tenemos aquí.
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