domingo, 30 de septiembre de 2012

Manolo Piña: El otro lado de la camilla


Con el Puleva Granada.
Dentro de los múltiples destinos profesionales que encuentran los exjugadores hay uno que ya he detectado que se repite entre tres que han pasado por la ACB: el de fisioterapeuta. Lo es Nando Vicario (ex Cáceres y muchos años en LEB y categorías federativas), lo es Paco Martín (tirador certero en la élite), lo es de 'Joe' Alonso (del que os hablé el otro día) y lo es Manolo Piña, que es de quien os voy a hablar hoy.

Piña, un alero mallorquín de 1,98, fue casi siempre un buen suplente en sus equipos, pero totalizó una buena cifra de 179 partidos en ACB a lo largo de siete temporadas con cuatro equipos distintos. Perteneciente a la cantera del mítico Cotonificio de Badalona, empezó en aquel Licor 43 que pasó de ser cuarto en la primera edición de la liga, la 83-84, a descender en la siguiente. Luego, pasó un añito luego en Manresa antes de regresar a Santa Coloma, donde estuvo dos temporadas más en Primera B.

En la temporada 88-89 tomó una decisión muy importante para su vida: salió por primera vez de Cataluña y se fue a jugar al Oximesa de Granada, que no era el mismo club de la ciudad que acaba de desaparecer ahora, lo aclaro. En el sur jugó aceptablemente durante dos años como apoyo nacional para los hermanos Alvarez, Clavero y los extranjeros de turno (Grbovic, Spicer, Hartshorne, Cooper). Era aquel un proyecto algo loco, marcado por la controvertida personalidad del presidente José  Antonio Murado y el aguerrido ambiente que se montaba en el asfixiante pabellón de Albolote que construyó el propio Murado (y que se llamaba como él).
Ahora.

Piña aún tuvo un año más en ACB, el del debut del Lliria (91-92) y apuró su carrera en la transición entre lo que era Primera (Huelva) y las dos primeras ediciones de la Liga EBA (Fuerteventura y Melilla).

Como Vicario, como Paco Martín, como 'Joe' Alonso, estudiar fisioterapia durante este tiempo fue una excelente decisión sobre el futuro. Me contaba Vicario, que fue fisio del Obradoiro en su primera etapa en la ACB, que haber sido jugador y haber estado al otro lado de la camilla recibiendo tratamiento le había ayudado mucho a nivel psicológico para ejercer su actual profesión, que sabía cómo se sentía el tipo al que estaba tratando.

Piña, no obstante, está completamente desligado del baloncesto y trabaja en un hospital de Granada. Según cuenta, dedica los ratos libres a salir en bici de montaña.

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