Encarando la canasta con el Cáceres en un partido contra el Unicaja. (Foto: Enrique Ache) |
¿Un luchador, he dicho? Toda su capacidad de lucha la está poniendo a prueba con su hija Tatyana. A los 13 años, lleva desde septiembre del 2008 con enormes problemas de salud que tienen a la familia un día sí y otro también en el hospital infantil, sacando fuerzas de donde muchas veces no las hay.
Tatyana. |
Tatyana Abrams sufre leucemia mielógena aguda, un raro tipo de cáncer de la sangre y de la médula. En todo este tiempo ha recibido quimioterapia, radioterapia, un trasplante de médula y otro de pulmón. Y la lucha sigue ahí, con sus padres, Danya y Deanna, y sus hermanos, Danya Jr. y Christian, volcados en la pelea contra la enfermedad.
“Es la cosa más dura que he tenido que afrontar en mi vida", dice Danya en una entrevista en el Boston Globe de hace un par de años. "Cuando me enteré, me hundí. Nada te prepara para esto".
En 2008, Tatyana estuvo ocho meses en el hospital recibiendo quimioterapia. La esperanza volvió a casa de los Abrams en mayo del 2009 cuando ya no se le detectaron más células cancerígenas en su cuerpo. Sin embargo, en diciembre de ese mismo año todo volvió a cambiar. "Fue entonces cuando nos dijeron que había habido una recaída. El cáncer había vuelto", cuenta Abrams, que había considerado incluso volver al baloncesto aquel verano de tranquilidad. Todavía tenía 35 años y podía arañar algún contrato que le ayudase a afrontar los gastos médicos.
Luchando por la posición con Oberto. En Unicaja ganó una Korac y fue subcampeón liguero. |
En esa misma entrevista, Abrams recuerda su paso por Europa y el hecho de no haber conseguido nunca un hueco en la NBA. “Me hubiese encantado, pero no hubiese cambiado nada de mi carrera", afirma. Tras salir del periplo universitario en el Boston College, fue descartado por los Spurs en beneficio de Malik Rose.
Entrevistándole en la Plaza Mayor de Cáceres ante la mirada de su mujer. |
Muchos, muchos ánimos desde la piel de toro.
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