Con el Cantabria, haciendo lo de siempre. |
"Para coger un rebote, da igual la altura o la corpulencia. Lo importante es son las ganas y la colocación". Lo hemos escuchado muchas veces, ¿verdad? Pues nadie mejor para explicarlo de todos los jugadores que han pasado en la historia de la ACB (y un poco de la NBA) como Jerome Lane.
Lane medía, según los registros oficiales, 1,98. Quizás menos. Ya se sabe que con estas cosas se exagera para los 'registers'. Pues bien: en su carrera se distinguió por un salvaje instinto para capturar el balón cuando salía despedido del aro. No tenía talento para mucho más, pero esa capacidad la explotó al máximo.
Entre nosotros jugó en tres equipos distintos y eso lo demostró con creces. Entre Oximesa Granada (91-92), Forum Valladolid (95-96 y 96-97) y Caja Cantabria (97-98) totalizó 83 partidos ACB con un escalofriante promedio de 13,5 rebotes (y 11,2 puntos). No hace falta decir mucho más. Para quien no le viese resulta fácil imaginar su juego. Era todo músculo y colocación, vocación de saltar a muerte por cada balón perdido. Si no, no se explica que durante tanto tiempo se ganase dignamente la vida como interior. Nadie ha superado los 14,6 que promedió en Cantabria, una temporada en la que cuatro veces superó la cifra de 20.
Sus cualidades también se dejaron sentir en la NBA, aunque no triunfase plenamente. Pero tiene mucho mérito sumar allí 218 partidos de liga regular con 5,8 rebotes (y 5,3 puntos) en sólo 14,7 minutos. Su primera etapa, a finales de los 80, fue en aquellos locos Nuggets que solo jugaban para anotar. Después tuvo oportunidades en Milwaukee, Cleveland e Indiana.
Obviamente, tenía otros defectos (un tremendo 36% en tiros libres en la ACB y 37,9% en la NBA), pero daba igual. Tener un jugador así es una maravilla para cualquier equipo.
Ahí le tenéis en la actualidad. |
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