Qué historia enternecedora la de Chad Gallagher. Fue un pívot rubito americano que trajo Javier Imbroda para el Mayoral Maristas en la última temporada antes de la fusión con el Unicaja, la 91-92. Imbroda y Jacinto Castillo, los cerebros de aquel romántico proyecto, se habían distinguido por tener muy buen ojo con los 'yankees', o más bien con Mike y Ray Smith, fundamentales junto con la apuesta por la cantera de aquel proyecto.
Pero aquel verano del 91 no tuvieron tan buen ojo. Con una buena carrera en Creighton, Gallagher había sido el 32 del draft de aquel año, pero no tuvo sitio en los Suns y en Málaga le reclamaron. Pero fue cortado en enero tras promediar 13 puntos y 6,4 rebotes, con fama de muy blandito, de no sacarle partido a sus 2,10. No es que no tuviera nivel ACB; es que tampoco lo tenía para Primera B, donde jugó también brevemente la siguiente temporada en Badajoz, donde tampoco logró cumplir su contrato.
Luego revoloteó por la CBA y la liga argentina, pero le podrá contar a sus nietos que, pese a que le echasen de Andalucía y de Extremadura, sí llegó a jugar en la NBA. Fue en la 93-94 con los Utah Jazz (dos partidos). Un equipo muy propicio a acoger a este tipo de blanquitos, aunque sea con contrato temporal. No todo el mundo puede decir que ha compartido ducha con Karl Malone y John Stockton. Otra curiosidad: en tres minutos en total le llegó tres veces la bola y las enchufó las tres. 100% de porcentaje.
Si queréis leer algo más exhaustivo sobre él, el artículo en español en la Wikipedia es ciertamente muy bueno. Se retiró hace más de diez años, pero no he encontrado más información sobre él desde entonces. Supongo que podréis sobrevivir a esto.
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