Luchando por la posición durante su segunda etapa en Fuenlabrada. |
Hace más de un año que se retiró y muchos echan de menos todavía a Salva Guardia, el peleón pívot que durante un montón de temporadas defendió varias camisetas de la ACB. Allá donde estuvo fue muy querido, sobre todo en Fuenlabrada, donde gastó la mayor parte de su sudor en tres etapas distintas. Si algo le caracterizaba como jugador era su pelea por todos los balones, a lo cual fue añadiendo algunas habilidades técnicas bastante interesantes. Eso le hacía transmitir muy bien con la grada. El tipo de tío que odias tener delante y, si ficha el año siguiente por tu equipo, lo adoras automáticamente.
Jovencito en el Conservas Daroca (92-93). |
Poco hacía presagiar que su carrera fuese a ser tan importante como luego sería. Estuvo un tiempo buscando su sitio en sitios como Zamora, Salamanca o Huesca sin brillar especialmente. Y ni siquiera en su primera etapa en Fuenlabrada, del 96 al 2001, adoptaría un papel decisivo hasta bien avanzada. Pero su furia defensiva y su atención para el rebote le valió un muy buen contrato en el Caja San Fernando (2001-03). No acabó de cuajar en Sevilla y volvió a Fuenlabrada, donde estuvo otros cinco años (2003-08), viviendo un poco de todo, incluyendo una temporada en LEB culminada en ascenso. Él, siempre protagonista, tirando del carro, y cada vez alejándose más del aro, eso sí.
En un acto de la fundación del Bilbao Basket. |
En total, 491 partidos en ACB, con 7,4 puntos y 4,1 rebotes de promedio. No está nada mal.
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