domingo, 30 de septiembre de 2012

Manolo Piña: El otro lado de la camilla


Con el Puleva Granada.
Dentro de los múltiples destinos profesionales que encuentran los exjugadores hay uno que ya he detectado que se repite entre tres que han pasado por la ACB: el de fisioterapeuta. Lo es Nando Vicario (ex Cáceres y muchos años en LEB y categorías federativas), lo es Paco Martín (tirador certero en la élite), lo es de 'Joe' Alonso (del que os hablé el otro día) y lo es Manolo Piña, que es de quien os voy a hablar hoy.

Piña, un alero mallorquín de 1,98, fue casi siempre un buen suplente en sus equipos, pero totalizó una buena cifra de 179 partidos en ACB a lo largo de siete temporadas con cuatro equipos distintos. Perteneciente a la cantera del mítico Cotonificio de Badalona, empezó en aquel Licor 43 que pasó de ser cuarto en la primera edición de la liga, la 83-84, a descender en la siguiente. Luego, pasó un añito luego en Manresa antes de regresar a Santa Coloma, donde estuvo dos temporadas más en Primera B.

En la temporada 88-89 tomó una decisión muy importante para su vida: salió por primera vez de Cataluña y se fue a jugar al Oximesa de Granada, que no era el mismo club de la ciudad que acaba de desaparecer ahora, lo aclaro. En el sur jugó aceptablemente durante dos años como apoyo nacional para los hermanos Alvarez, Clavero y los extranjeros de turno (Grbovic, Spicer, Hartshorne, Cooper). Era aquel un proyecto algo loco, marcado por la controvertida personalidad del presidente José  Antonio Murado y el aguerrido ambiente que se montaba en el asfixiante pabellón de Albolote que construyó el propio Murado (y que se llamaba como él).
Ahora.

Piña aún tuvo un año más en ACB, el del debut del Lliria (91-92) y apuró su carrera en la transición entre lo que era Primera (Huelva) y las dos primeras ediciones de la Liga EBA (Fuerteventura y Melilla).

Como Vicario, como Paco Martín, como 'Joe' Alonso, estudiar fisioterapia durante este tiempo fue una excelente decisión sobre el futuro. Me contaba Vicario, que fue fisio del Obradoiro en su primera etapa en la ACB, que haber sido jugador y haber estado al otro lado de la camilla recibiendo tratamiento le había ayudado mucho a nivel psicológico para ejercer su actual profesión, que sabía cómo se sentía el tipo al que estaba tratando.

Piña, no obstante, está completamente desligado del baloncesto y trabaja en un hospital de Granada. Según cuenta, dedica los ratos libres a salir en bici de montaña.

sábado, 29 de septiembre de 2012

Andy Toolson: Mira telescópica


Con el Joventut.
Pocos tiradores han pasado en España más atinados que Andy Toolson. Hay un dato muy expresivo: en 7 temporadas (206 encuentros) lanzó 6,7 triples por partido... ¡alcanzando un 46% de acierto! Realmente impresionante. Más de la mitad de los 15,4 puntos que promedió provienen de canastas desde 6,25.

Como suele pasar con los jugadores de origen mormón, Toolson es recordado como un excelente profesional: serio, religioso, gran compañero, nada egoista... Estuvo en cinco equipos distintos (Andorra, Zaragoza, Joventut, Estudiantes y dos etapas en Girona) y en todas dejó una impronta de rigor intachable. Su mayor éxito fue en Badalona, donde consiguió la Copa del Rey del 97. Pero en general siempre tuvo temporadas brillantes en ese rol de abredefensas del equipo. No era un portento físico, pero sabía disimularlo.

Toolson fue un producto de la universidad mormona por excelencia, Brigham Young, y jugó en el equipo del estado mormón por excelencia, los Utah Jazz, que le dieron dos ocasiones, 47 partidos en la 90-91 y 13 en la 95-96. Poco éxito (32% en triples, 2,7 puntos). Antes y después su sitio estuvo en España, primero en el Andorra (93-94), luego en Zaragoza (94-95), después en Badalona (96-97 y 97-98) --en estos dos últimos sitios, bajo la batuta de Alfred Julbe-- y, ya como veterano y en un rol más reducido, en Estudiantes (99-2000) y Girona (98-99 y 2000-01).
Cromo en su segundo intento en la NBA.

Hace unos años tuve la oportunidad de charlar con él para este reportaje sobre los jugadores mormones en España que hice para acb.com. Me contó que trabaja en el mundo de las inversiones y los seguros, en Utah, después de pasar un tiempo en el cuerpo técnico de Brigham Young. Os 'copio y pego' algo de lo que me contó, si os da pereza lo de darle al link:


“Mis recuerdos de España son inmejorables. El tiempo que pasé me ha servido de mucho, tuve muy buenos compañeros y entrenadores y estuve en grandes clubs. No es fácil volver por los niños y el trabajo, pero sé que algún día regresaré para ver a todos los amigos que dejamos allí”.

“Mi primera experiencia en ACB fue en Andorra y nadie pensábamos que íbamos a ser tan buen equipo, acabando muy arriba en la liga; en Zaragoza, todo el problema del dinero entraba dentro de lo que puede pasar en el deporte profesional, pero no nos afectó y fuimos competitivos; en Badalona en 1997 ganamos la Copa del Rey y fue el “highlight” de mi carrera y ya al final Girona y Estudiantes eran clubs muy profesionales y disfruté jugando mucho para ellos. He tenido mucha suerte”.

“Los mormones somos gente seria que intentamos trabajar fuerte y dar valor a las personas que nos dan trabajo. La familia es muy básica para nosotros y también entendemos que siempre es más importante que vaya bien el equipo a que vayamos nosotros bien individualmente”.
Andy y su numerosísima familia. Típico, ¿no?

Creo recordar que conserva un castellano bastante decente, no solo por todo el tiempo que pasó entre nosotros, sino por los dos años que estuvo en Chile como misionero de su religión. Desde luego, visitando de puerta en puerta las casas intentando vender el llamado 'Libro del Mormón' debía dar menos miedo que cuando cogía el balón en la línea de tres puntos.


viernes, 28 de septiembre de 2012

Mark Landsberger: De ver volar al Doctor J a Villalba

Mark Landsberger puede presumir de haber disfrutado en primera fila una de las jugadas más famosas de la historia de la NBA. Veámosla, aunque lo hayamos hecho ya muchas veces. Es un gustazo.


¿He dicho disfrutado? No. La verdad es que debe quedarse uno boquiabierto y 'tocado' cuando te hacen eso, y encima en unas finales. Nadie se explica muy bien cómo Julius Erving estuvo tanto tiempo en el aire para clavar esa bandeja a aro pasado. A Landsberger, que, no lo he dicho, es ese rubio que acompaña la acción con la camiseta de los Lakers, se le intuye atónito.

Como Laker, en 1982.

Como con el fallo de Cardeñosa, el penalti de Djukic o el mate de Vince Carter sobre Frederic Weis, no deja de ser cruel recordar una buena carrera como profesional por una acción en la que no estás acertado o eres 'víctima' de otro. Landsberger fue un aceptable jugador. No una estrella, pero sí una pieza importante en todos los equipos por los que pasó, en cada uno a su manera. Y, carajo, a ver quién de vosotros puede decir que ha ganado dos anillos con los Lakers (1980 y 1982). Vale, Pau, tú sí. También fue mítico que un partido que jugó en Phoenix con una gran mancha de batido de chocolate porque no había uniforme de repuesto.

Ya en el final de su trayectoria le vimos por aquí y demostró que no era un simple especialista dedicado a hacerle la vida más fácil a los Magic o Jabbar de turno. Con nada menos que 36 años consiguió unos tremendos 17,6 puntos y 13,2 rebotes en el Collado Villalba de la temporada 91-92, la última del equipo de la sierra madrileña en la élite. Entró mediada la campaña en sustitución de Joe Wylie y cumplió de sobras en el objetivo de la permanencia, aunque el club no se pudo mantener luego debido a cuestiones económicas.
En Villalba, taponando a
Pepe Arcega. (Gigantes)

Ya bastante calvete, vestido de amarillo --como en sus Lakers, curiosamente-- dejó buenas sensaciones en la ACB. No era un gran estilista, pero sí aprovechaba muy bien sus opciones, casi siempre en la zona. Y parecía más grande de lo que era en realidad (2,03). Uno no juega 478 partidos en la NBA porque sí, aunque evidemente lo hizo en otro papel (5,6 puntos y 6,1 rebotes).

Tras su tiempo con Bulls, Lakers y Hawks inició con 28 años una grandiosa carrera en Italia, en Forli: cuatro veces máximo reboteador de la Lega. También lo fue una vez en Grecia. En wikipedia hay una biografía muy buena de él al respecto. Villalba no fue su último equipo. Con 37 aún estuvo en Argentina.

Justo dos décadas después vive en Phoenix y está jubilado. Recuerda su tiempo en Villalba de forma agridulce. "Fui feliz porque conseguimos la permanencia, pero luego descubrí que vendieron los derechos por dinero. ¡Terribles propietarios! España es un gran país con gran baloncesto", me escribe brevemente.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Josines González: El 'Montero' de El Bierzo


Frontal un card de Mundicromo en 1995.
Una generación crecimos asombrados por cómo un tío de 2,05 como Magic Johnson podía ser base. La traslación española fue José Antonio Montero, al que Aíto García Reneses 'se inventó' como director de juego con su 1,92. Eso tenía enormes ventajas, tanto a nivel ofensivo como defensivo. A Montero, claro, le intentaron emular desde varios puntos de España. El caso más llamativo fue probablemente el de Josines González en León, aunque no alcanzó el estrellato.

González nació en Losada, una pequeña localidad de la comarca leonesa. Sus destacadas actuaciones en categorías inferiores le llevaron al equipo de la capital, donde continuó progresando hasta llegar al primer equipo. Con apenas 18 consiguió un puesto en la primera plantilla, en la temporada 1990-91 y su importancia en el equipo fue creciendo en los siguientes años, aprendiendo de americanos como Mark Tillmon o Mike Anderson y de nacionales como David Sala.

Josines era, sobre todo, alto y poderoso para jugar de '1'. Carecía de un tiro exterior que amenazase, pero su físico daba problemas a los bases rivales. También era extremadamente tranquilo con el balón. No tenía mucha responsabilidad anotadora rodeado de jugadores como Xavi Fernández, Alberto Angulo, Xavi Crespo, Reggie Johnson, Raymond Brown o Corny Thompson. La afición le tenía un gran cariño y con 21 años fue nombrado capitán. 

La parte de atrás.
En cinco temporadas en León totalizó 176 partidos en cinco temporadas, hasta la 95-96. No acabó de explotar, de ser el 'Montero' que buscaba el que fundamentalmente fue su impulsor, Gustavo Aranzana. 2,4 puntos y 1,2 asistencias en 11 minutos por partido no son números de relumbrón.

En 1996 regresó a El Bierzo y jugó seis temporadas más en el Ponferrada en Liga EBA. Ahí sí tuvo más protagonismo ofensivo y se convirtió en líder del equipo, pero no volvería a asomarse a la ACB. Sí volvió a colaborar con el León unos años después, cuando entrenó a su filial, el Universidad.

Por lo que se ve, fue bastante inteligente en su formación académica: "Me va bastante bien con la que está cayendo. Soy ingeniero mecánico y trabajo como profesor técnico en Formación Profesional en el Centro Don Bosco de León. Mi mujer tiene una peluquería". 

Imagen más reciente.
Es curioso lo último que me cuenta: pertenece a la escuela de árbitros de León y dirige partidos de vez en cuando. Tiene ya 40 años y no le veremos arbitrando en ACB. Nunca se ha dado el caso de que un exjugador nuestro llegue tan alto pitando, aunque en la NBA sí (Leon Wood y Haywood Workman, al menos).


miércoles, 26 de septiembre de 2012

Danya Abrams: Guerrero en la pista... y por su niña

Encarando la canasta con el Cáceres en un partido contra el Unicaja. (Foto: Enrique Ache)
La mayoría conoceréis a Danya Abrams. Es un jugador más o menos reciente que jugó siete temporadas ininterrumpidas en la ACB, desde 1998 al 2005, en cinco equipos diferentes (Girona, Cáceres, Caja San Fernando, Unicaja y Granada). También se asomó a la LEB en el que fue su último equipo profesional, el Inca, en el 2008. En casi todos los sitios lo hizo bien o muy bien: en la máxima categoría totalizó 230 partidos con 15,6 puntos y 6,2 rebotes. Tenía un físico llamativo: más bien gordete y bajo (2,01) para jugar de '4', pero mucha inteligencia, rapidez de mente y un letal tiro de 4-5 metros. Era además muy competitivo. Un luchador.

¿Un luchador, he dicho? Toda su capacidad de lucha la está poniendo a prueba con su hija Tatyana. A los 13 años, lleva desde septiembre del 2008 con enormes problemas de salud que tienen a la familia un día sí y otro también en el hospital infantil, sacando fuerzas de donde muchas veces no las hay.

Tatyana.

Tatyana Abrams sufre leucemia mielógena aguda, un raro tipo de cáncer de la sangre y de la médula. En todo este tiempo ha recibido quimioterapia, radioterapia, un trasplante de médula y otro de pulmón. Y la lucha sigue ahí, con sus padres, Danya y Deanna, y sus hermanos, Danya Jr. y Christian, volcados en la pelea contra la enfermedad.

“Es la cosa más dura que he tenido que afrontar en mi vida", dice Danya en una entrevista en el Boston Globe de hace un par de años. "Cuando me enteré, me hundí. Nada te prepara para esto".

En 2008, Tatyana estuvo ocho meses en el hospital recibiendo quimioterapia. La esperanza volvió a casa de los Abrams en mayo del 2009 cuando ya no se le detectaron más células cancerígenas en su cuerpo. Sin embargo, en diciembre de ese mismo año todo volvió a cambiar. "Fue entonces cuando nos dijeron que había habido una recaída. El cáncer había vuelto", cuenta Abrams, que había considerado incluso volver al baloncesto aquel verano de tranquilidad. Todavía tenía 35 años y podía arañar algún contrato que le ayudase a afrontar los gastos médicos.

Luchando por la posición con Oberto. En Unicaja ganó una Korac y fue subcampeón liguero.
Esa posibilidad la descartó inmediatamente. Tenía que estar al lado de su hija, nuevamente enferma, a la que ya no le valía la 'quimio', sino esperar un donante de médula, conseguido después de una desesperada búsqueda de alguien compatible. Después llegó el de pulmón. Una pesadilla de dolor que no termina.

En esa misma entrevista, Abrams recuerda su paso por Europa y el hecho de no haber conseguido nunca un hueco en la NBA. “Me hubiese encantado, pero no hubiese cambiado nada de mi carrera", afirma. Tras salir del periplo universitario en el Boston College, fue descartado por los Spurs en beneficio de Malik Rose.

Entrevistándole en la Plaza Mayor de Cáceres ante la mirada de su mujer.
Tengo un recuerdo muy bueno de una tarde que estuve entrevistándole tranquilamente en una terraza. No he podido evitar poner la foto, una de las pocas que tengo con jugadores. Era el año 99 y acababa de empezar escandalosamente la liga con el Cáceres haciéndole un roto al Real Madrid. Supo integrarse bien allá donde estuvo. Ahora, aparte de estar muy pendiente de Tatyana, es entrenador ayudante del equipo masculino de basket en el Wentworth Institute of Tecnology. Desde aquí le mandamos toda la fuerza posible, como imagino que haréis todos los que alguna vez disfrutasteis con su juego. Su twitter es @dabrams24

martes, 25 de septiembre de 2012

Abel Amón: El hijo del erudito (y experto en vino ruso)


Cromo en Baloncesto-88.
Reconozco que tengo un recuerdo difuso a nivel deportivo de Abel Amón, un pívot que a finales de los 80 jugó más bien poquito en Estudiantes (86-87),  Villalba (87-89) y Bilbao (89-90). 59 partidos en la ACB no dan para mucho, sobre todo si promedias 9 minutos (1,6 puntos y 1,5 rebotes). Era un tipo grande, de 2,05, que sí brilló un poquito más en Primera en equipos como el Askatuak y Canoe. Sin embargo, en aquel tiempo, ya digo, finales los 80, lo conecté enseguida con un hombre que participaba en tertulias de la extinta Antena 3 Radio y que era, así de claro, un auténtico erudito, el tipo más sabio que yo haya escuchado a través de las ondas.

Santiago Amón (aquí tenéis una web que recoge una mínima parte de su obra y de su aportación) era, más bien, un humanista, un hombre que transmitía modestia pese al conocimiento enciclopédico que asesoraba. Murió en 1988 en un accidente de helicóptero y nos dejó a los que alucinábamos con sus intervenciones un poco huérfanos. Yo tenía entonces 14 años, la época en la que uno intenta absorber todo de todos los lados.

Don Santiago Amón.
Abel se quedó sin padre en la época en la que se intentaba abrir camino como profesional. Imagino que fue duro. Para el baloncesto desapareció de la escena a poco de iniciarse la década de los 90 y emprendió una interesante carrera en los negocios. Es direectivo de Bodegas Valdepablo, que tiene fábricas en Calatayud y en Rusia. Supervisa directamente esta última y es un gran conocedor del mundillo de las repúblicas ex soviéticas. Vivió en San Petersburgo 8 años en una experiencia que relata en un delicioso artículo en Solobasket. Desde luego, algo del talento del padre tiene. Merece la pena echarle un vistazo con varias anécdotas impagables.

Abel, en el Askatuak.
Hace no mucho me lo encontré en Twitter (@abelamon) y conectamos bastante bien. Me ha ayudado a encontrar algún exjugador de los que salen por aquí. Le pedí que escribiese un poquito para vosotros. "Mis recuerdos como baloncestista profesional me retrotraen al día de mi debut en Primera División (ahora ACB) con el Obradoiro en el Palau. Tenía 17 años y llevaba solo dos jugando. Posteriormente jugué cuatro temporadas más en ACB, y de ellas destaco las dos en Collado Villalba, donde aunque no jugué muchos minutos, aunque sí que pude participar activamente en un buenísimo equipo tanto en lo deportivo como en lo humano. El primer año salvamos la categoría y el segundo nos conseguimos meter entre los diez primeros.  En Primera B tuve bastantes minutos (unos 20 de media para anotar  7 puntos y coger 6 rebotes de media). El baloncesto ha sido tremendamente enriquecedor en muchos sentidos en mi vida y muy agradecido le estoy por ello", cuenta.
En la actualidad.


"Era un pívot peleón, con limitaciones, pero con capacidad de sacrificio y creo que creaba buen ambiente en los equipos en los que jugué", remarca.


No lo dudo. No lo conozco personalmente, pero parece muy buen tipo. Seguro que don Santiago está muy orgulloso de él, allá donde esté, aparte del indudable parecido físico.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Jack Haley: 'Cortado' en ACB, 'agitatoallas' en el 72-10 de los Bulls

Con el Espanyol (Foto: Gigantes)
La carrera deportiva de Jack Haley es, al mismo tiempo, una de las más pésimas y triunfantes de la historia del baloncesto. Esto ya sé que es una contradicción, pero me explico: Haley no brilló ni en Europa ni en Estados Unidos, pero puede presumir de pertenecer al equipo con mejor balance victorias-derrotas en una temporada de la historia, los Chicago Bulls, dentro de las 9 campañas en la NBA en las que se dedicó, básicamente, a agitar toallas desde el banquillo.

Unos años antes de que el champán lloviese sobre su cabeza en el United Center tras el 4-2 a los Sonics y compartiese una caja de puros con Michael Jordan, Scottie Pippen y Dennis Rodman, Haley vivió su primera experiencia profesional en España. Fue en la extinta sección de baloncesto del Espanyol, en la temporada 87-88, en un equipo plagado de jóvenes de talento y algunos veteranos con buena cabeza (Illa, Tramullas, Freixanet...). Él venía de una discretisima carrera universitaria con UCLA (3,7 puntos y 4,4 rebotes), pero medía 2,08, tenía 23 años y se confiaba que pudiese ser una buena ayuda interior.

En los Bulls.
En Barcelona fue bastante criticado desde el principio, quizás con algo del 'racismo' que había entonces con los americanos blancos que jugaban por dentro. Lo curioso es que miras sus números --que darían casi para un MVP de la Liga Endesa actual (18,6 puntos y 9,4 rebotes)-- y piensas: ¿cómo es es posible que fuese cortado en febrero? Repasando un poco su trayectoria, en diciembre hasta tuvo un encuentro de 25 puntos y 20 rebotes, pero entró en una mala dinámica poco después y el equipo no iba muy allá. Le sustituyó un experimentado de dominicano llamado Evaristo Pérez.



Inesperadamente, Haley emprendió una larga carrera en la NBA, primero con un partido en Chicago en la temporada 88-89 y después --bastante más como reserva que como otra cosa-- en equipos como los Spurs, los Lakers y los Nets. En la 89-90 tuvo 6 puntos y 3,1 rebotes en New Jersey en su mejor año.

En la 95-96 regresó a los Bulls y se hizo con un hueco en el 'roster'. En la famosa temporada del 72-10, el mejor récord de la historia de la competición, solamente jugó un partido de liga regular (5 puntos y 2 rebotes) y se ha publicado un millón de veces que Phil Jackson le mantenía ahí por su excelente relación con Dennis Rodman, con el que había estado antes en San Antonio. Era su 'niñera', llegó a decirse, el hombre que controlaba al 'Gusano' en sus correrías nocturnas.

El anillo conseguido aquella campaña no cambió desde luego el sino de Haley, que aún así regresó a New Jersey para acabar su carrera en 1998. En esa década desde que salió del Espanyol únicamente no tuvo equipo NBA unos meses, cuando en 1993 jugó en el AEK de Atenas, y una temporada que pasó en la CBA con los LaCrosse Bobcats.

3,5 puntos y 2,7 rebotes en 341 partidos. Casi nada. Hay quien le señala incluso como el peor jugador de la historia de la NBA.
En la actualidad.

Haley ha tenido también una curiosa vida posterior al basket. Fue entrenador asistente en los Nets, comentarista de televisión para los Lakers, apareció en un vídeo musical de Aerosmith de la canción 'Love in an elevator' y también en pelis como 'Eddie' y 'Rebote' (dos comedias relacionadas con el baloncesto). Hace poco también fue noticia porque su ex mujer puso a subasta un colgante conmemorativo del campeonato que lograron los Bulls en el 96.

Aquí os dejo un vídeo un poco jocoso sobre lo despesperado que parece pidiendo constantemente el balón en los minutos de la basura:





domingo, 23 de septiembre de 2012

John Morton: Cañonero del Bronx

Pidiendo el cambio en su época dorada en el Gran Canaria.
John Morton jugó siete temporadas en ACB en cuatro equipos distintos, un total de 174 puntos, y superó, por aunque por poco, los 20 puntos de promedio (20,7). Lo hizo además en una época, ya entrados los 90, en la que los norteamericanos ya no absorbían tanto juego como antes. Había que meter y meter mucho para, como Morton, acabar dos veces consecutivas máximo anotador de la competición. Su cénit lo alcanzó en el Gran Canaria, donde es recordado muy gratamente.

Pocos minutos en los Cavaliers.
Nacido en el Bronx neoyorquino --con lo que eso curte-- se trataba de uno de esos jugadores con cuerpo de base y mentalidad de escolta, que igual amenazaba con un tiro que con una penetración. De hecho, en la NBA estuvo tres años --tres ser elegido el 25 del draft del 89 por Cleveland-- como director de juego, aunque dispuso de pocos minutos por detrás de gente como Mark Price y Steve Kerr. En total, 128 partidos y 4,8 puntos. Su sitio estaba en Europa.

Su primera experiencia por aquí no fue excesivamente llamativa. Un contrato de un par de meses en Badalona en la 93-94 no le permitió alcanzar ni los diez puntos de promedio (8,7). Ya como '2' --en el Joventut más bien fue base--, el año siguiente fue otra cosa: tuvo protagonismo creciente en Huesca, siendo clave para la salvación con 19 por partido.

Pero su obra cumbre la firmaría en Las Palmas. 26,3, 23,6 y 19,5 en tres temporadas consecutivas, las dos primeras como 'capo cannonieri' de la ACB. Era aquel un equipo muy equilibrado: gente como Berni Hernández o Albert Burditt ponían la fuerza y Morton y Shaun Vandiver, el talento.

Ahora.
Morton mantuvo el tipo en la 98-99 en Granada (18,5), pero solamente a nivel individual, porque el equipo bajó. Ese momento marca su decadencia: se fue a jugar a Filipinas, donde alcanzó los 50 puntos en su debut: tuvo una segunda etapa en Canarias como temporero en el 2002 y tampoco lució excesivamente en el Ragusa italiano poco después. Era momento de retirarse.

Ahora vive en East Windsor (New Jersey) con su esposa, Giovanni, y sus tres hijos, Schyler y los gemelos Jayden y Jordan. No se ha desvinculado desde luego del basket: es entrenador asistente en la modesta universidad de Fordham. Ocupa ese puesto desde hace tres años.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Albert Brea: De la batuta a los números

Cromo de la temporada 95-96.

Albert Brea fue base reserva del Valvi Girona, el equipo de su ciudad --donde vive actualmente--, durante cuatro años, desde 1992 a 1996. Sus promedios estuvieron entre los 10 y 15 minutos por choque, en un rol muy definido, pero hizo un trabajo correcto dando descanso al titular de turno. Después, prolongó su trayectoria profesional dos temporadas más en LEB, en Alicante. Típico director de juego muy rápido y habilidoso gracias a su estatura (1,81).

Sobre Alicante precisamente cuenta una anécdota de esas que cambian la vida: "Viviría allí de no ser por unos terribles aguaceros en el año 98. Mi mujer se vino a vivir y tenía un entrevista de trabajo (muy buena), pero surgieron las lluvias torrenciales y se anuló la entrevista. Luego encontró trabajo en Girona y yo ese mismo año acabé mi carrera de Económicas. Tenía oferta de Melilla y de Austria, pero durante el verano me salió trabajo en una caja de ahorros, así que entre la buena oferta de empleo y lo poco que me quedaba de baloncesto decidí retirarme o más bien jugar a nivel amateur, con dos años en Segunda".

Actualmente es socio de un despacho de economistas (asesoría fiscal, contable, laboral), correduría de seguros y a partir de enero de 2013, también asesorará con derechos de imagen de deportistas y artistas. Pero la pasión por el baloncesto sigue ahí: la pasada campaña dirigió al infantil del Sant Josep de Girona.

Con el equipo infantil que dirigió la pasada campaña.

"Intento mantener contacto con el mayor número de ex compañeros de vestuario (Ferrán López, Francesc Solana, Ricardo Aldrey, Marvin Alexander, Brooks Barnhard, Diego Pérez, José Ramón Esmoris, Carlos Gil, Deon Thomas, Iban Perez, Rowan Barret y me gustaría saber más de otros que tengo manera de encontrarlos). Al fin y al cabo compartir diez meses de competición más de cinco horas cada día es mucho con una vida tan corta", reflexiona.

Tiene 38 años. Está casado desde hace doce años y tiene dos hijos.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Todd Fuller: Un 'cerebrito' enamorado de España

Primeros partidos con el Gijón, en el 2001, defendido por Bramlett y Ramos (Lleida).

Pocos jugadores han respondido con tanta rapidez y amabilidad a mi cuestionario como Todd Fuller. Suele pasar, pero el tipo se quedó bastante prendado del tiempo (bastante largo y variado) que pasó en España.

Sobre Fuller he encontrado distintas referencias sobre su estatura: de 2,08 a 2,11. Da igual. Era el típico americano grande, blanco, intimidador, aunque algo limitado técnicamente. Las expectativas sobre su carrera fueron tan grandes que en el draft de 1996 fue elegido en el número 11 por los Golden State Warriors por delante de gente como Peja Stojakovic, Kobe Bryant o Steve Nash. Ya se sabe que en Oakland no suelen acertar demasiado con esto: le dieron un par de años y después salió rumbo a Utah, Charlotte y Miami. Cinco temporadas de NBA de 225 partidos de protagonismo decreciente (3,7 puntos y 3,1 rebotes en 11 minutos).

Con el Joventut, en el 2002.
El salto natural era Europa, en el 2001, donde su trayectoria fue similar: de más a menos. Sustituyó a Corey Louis (del que ya hablamos aquí) como intento de revulsivo en el Gijón y la temporada siguiente hizo un par de sustituciones en Joventut y Manresa. No tuvo mucho peso en la ACB, como se ve, totalizando 11,6 puntos y 5,8 rebotes en 28 partidos. Había que bajar otro escalón.

En la LEB sí pudo imponer mucho mejor su corpachón, aunque no de forma dominante. Le tuvieron en Tarragona y en el Rosalía de Brad Oleson. Concluyó su carrera entre Grecia y Australia en el 2007.

Se ve que Fuller aprovechó el tiempo cuando no estaba en una pista. En su etapa en North Carolina State llegó a ser elegido estudiante-jugador del año y se graduó con 'cum laude' en Matemáticas Aplicadas. Ahora está en un 'high school' de Charlotte enseñando matemáticas desde hace tres años y también, gracias que tiene la licencia de piloto, es asesor en el aeropuerto internacional de la ciudad (nombrado el mejor del mundo en el 2010). Tiene una hija de tres años con su mujer, Elizabeth.

En la actualidad.

Ya os digo, es todo un enamorado de España. "Disfruté mucho allí. Estuve bastante tiempo, por lo que España se convirtió en una segunda casa para mí después de North Carolina. Siempre tendrá un lugar especial en mi corazón. Estuve allí en verano del 2010, con mi mujer y mi hija, visitando amigos que vivían en Les Planes, cerca de Barcelona. El tiempo se me hizo corto. Estuvimos en Barcelona, Castedefells y Sitges. Me gustaría volver para más tiempo, quizás el próximo verano. La gente de allí es muy amigable y me encanta la comida, el clima templado, las playas y ciudades como Barcelona, Madrid y Málaga, aunque también disfruté de otras más pequeñas como Tarragona, Manresa y Santiago de Compostela", me escribe.

Muy tierno el tío, incluso con el clásico "mándame el link cuando salga".

jueves, 20 de septiembre de 2012

Joan Estany: Pívot, asesor fiscal y maratoniano



Tras terminar la maratón de Barcelona en el 2010.
Joan Estany solamente jugó una temporada en ACB. Era un ala-pívot catalán de 2,02 bastante fijo en la Primera División que probó fortuna en el Gran Canaria de la máxima categoría en la 89-90. Su papel como sustituto de Tom Scheffler y Greg Stewart no llamó demasiado la atención (aunque sus ratios en 12 minutos son bastante buenos, 5,5 puntos y 1,9 rebotes) y decidió volver a un escalón más abajo.

Gigantes publicó en la temporada 89-90 un coleccionable
sobre la actuación individual de los jugadores.
Aquí tenéis lo que dicen de Joan Estany
Donde más tiempo permaneció fue en el Prohaci de Mallorca. Su experiencia de entonces nos hace recordar que siempre ha habido épocas de desapariciones de clubs, como fue el caso y como ocurre ahora. En 1993 el equipo se disolvió y jugadores como Estany tuvieron que buscarse la vida en otros lados en plena campaña. Él fue al Askatuak, que sería su último equipo, pese a que solamente tenía 28 años. Decidió operarse de unas rodillas que le estaban dando muchos problemas y replantearse la vida. Dura decisión.

"Tuve suerte. Ahora soy asesor fiscal en Calella (Barcelona), el retirarme con 28 años me permitió formarme en este sector. A veces pienso que si me hubiera retirado con 35 qué hubiera pasado, el acceder a la formación o al mercado laboral es muchísimo más complicado", reflexiona, mirando atrás.

Según cuenta, su vinculación al baloncesto continúa gracias a sus hijos "y solamente juego algún partidillo muy esporádicamente". Sin embargo, afirma, le sigue gustando el deporte en general y "sobre todo el de larga distancia, por lo que he hecho alguna maratón y algún triatlón de larga distancia que los “pijos” llaman Ironman", bromea.

"Lo más que me ha aportado los años pasados como jugador de baloncesto, a parte de algunos recuerdos imborrables, son la gente con la que van coincidiendo y los amigos que vas dejando y que en la actualidad están repartidos por todo el país", destaca.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Lemone Lampley: El '5' que hacía falta en Badalona


Machacando en la ida de la final
de la Copa Korac del 90.
Ayer me sucedió algo muy especial con este blog. Después de recibir la petición de un lector, me puse a indagar en qué había sido de Lemone Lampley. No estuvo fácil encontrarle, aunque finalmente lo hice y hasta pude mandarle un e-mail. Trabaja para la universidad de DePaul, en la que se formó, dentro del departamento de deportes. También es un miembro activo de la comunidad religiosa de Chicago, su ciudad de nacimiento. Tiene 48 años.

Lampley, vaya por delante para que los jóvenes se ubiquen, estuvo tres años en la ACB en tres equipos distintos: 87-88 CAI Zaragoza, 88-89 Tenerife y 89-90 Joventut. Su juego se caracterizó por una gran espectacularidad. De 2,07, era fuerte y fibroso, de un gran salto, con un imán para los rebotes y los tapones y un buen arsenal de recursos ofensivos. Intentaba no alejarse mucho del aro, su territorio natural. Su mayor éxito fue la Copa Korac ganada en Badalona la última de las tres temporadas al Scavolini de Pésaro de Sergio Scariolo. Fue pieza clave: los verdinegros, que tenían un enorme grupo de nacionales, llevaban tiempo buscando el complemento perfecto para el siempre cumplidor Reggie Johnson y no acababan de dar en el clavo (Joe Meriweather, Earl Jones, Winfred King...).

Sigo con mi historia. A mi e-mail --en el que intercala algunas palabras en español y en italiano-- me respondió muy rápido.
Suspensión en la vuelta.


"Tengo grandes recuerdos de España, pero obviamente el mejor fue ganar la Copa Korac con el Joventut Badalona con Jordi Villacampa, Jose Montero, Rafa Jofresa y Reggie Johnson en la temporada 89-90.
Ahora soy 'assistant director' en el departamento de deportes de la Universidad de DePaul, en la que jugué de 1982 a 1986.
Tengo tres hijos, Tatiana (19) Elise (17) e Lemone II (11 años). Todavía sigo casado con mi mujer (Angela) desde hace 22 años.
Dile a Jordi Villacampa que me encantaría volar pronto de nuevo a Badalona con mi mujer para ser recordado como antiguo jugador.
Gracias".

Contacté con Jordi vía Twitter y le hice llegar la dirección de Lemone. Ambos intercambiaron algunos correos en poco tiempo y el actual presidente del Joventut colgó esta foto actual que Lemone le había enviado con su familia en plan adivinanza para sus seguidores:




Algunos acertaron y otros no. En un tweet posterior, Villacampa resolvía el 'misterio': "Es Lemone Lampley! Esta trabajando en la universidad de DePaul en el departamento de deportes, esta fantastico. Y me dice con ganas de venir".

Me ha encantado hacer de nexo de unión entre dos viejos guerreros que seguro que llevaban muchos años sin tener contacto. Quizás algún día Lemone vuelva a Badalona, aunque se encontrará con un pabellón distinto y un equipo que, si bien sigue siendo un histórico, cada vez tiene más difícil aspirar a los títulos nacionales y europeos.

Deteniéndonos en aquella final a doble partido, el Joventut ganó los dos, 98-99 en Pesaro y 96-86 en Badalona. En el primero, Lampley sumó 21 puntos y 10 rebotes (40') y en el segundo, 17 y 10 (31'). Como se puede apreciar, muy importante ante el rocoso dúo de pívots italianos formado por Ario Costa y Walter Magnifico.

A nivel numérico en la Liga ACB, Lampley totalizó 120 partidos en aquellos tres años, con 19 puntos, 7,6 rebotes y 2,1 tapones en 36 minutos en pista.

Es raro que, con 25 años, no volviese a jugar en España. Entonces los italianos pagaban mucho (Siena, del 90 al 93 y Triste, en la 93-94). Su último equipo en Europa fue el Paok de Salónica en la 94-95.

Os dejo para el final una espectacular foto suya con el CAI, taponando a Joan Pagés. Sé que a los maños les gustan estas cosas.

Foto: Gigantes del Basket.

martes, 18 de septiembre de 2012

Alain Digbeu: El nuevo (y fallido) prototipo exterior

Qué muelles tiene este tío, debía pensar Messina.
Hace no mucho hablé de Xavi Fernández y solté mi teoría de que fue un jugador de otro tiempo distinto al que le correspondía, que le pilló justo la transición hacia unos aleros mucho más atléticos y de menos finura. Uno de los jugadores que ocupó su puesto en el Barcelona fue Alain Digbeu. Ahí va otra teoría: si Xavi era el 'viejo jugador' de los 80, Digbeu era el 'nuevo', el siglo XXI. Esta idea tiene dos lagunas, claro: sigue habiendo gente en la que la calidad pesa sobre el físico, como Juan Carlos Navarro, y Digbeu no acabó de triunfar, de ser un jugador dominante. Y eso que lo tenía todo.

Es de los pocos casos --quizás el único-- de jugador que ha vestido las camisetas de los tres 'grandes' históricos del baloncesto español: Barcelona (99-2002), Real Madrid (2002-03) y Joventut (2003-04). Además, estuvo un par de etapas en el Alicante (2004-06 y 2007-08). Eso nos da un total de 230 partidos en la ACB con 7,1 puntos por partido en 19 minutos.

Digámoslo claramente: se esperaba más de él. Parecía que su destino era la NBA (número 50 del draft del 97 por los Hawks), con un estilo 'muy de allí': grandes saltos, explosividad en los dos lados de la cancha, un tiro exterior irregular, aunque pasable... Con 1,98 estaba a medio camino entre el '2' y el '3'.

Sus tres años en el Barça sí estuvieron jalonados de buenas actuaciones y algunos títulos como el doblete 'made in Pau' del 2001, pero en general daba esa sensación de que podía hacer mucho más con las condiciones que tenía. Era un jugador disperso, capaz de anotar en racha de forma imparable en un momento dado y luego pasar totalmente inadvertido.

En el 2002 no renovó por los azulgranas y el Madrid le reclamó. Y ya se sabe lo que pasó aquella temporada: ignominiosamente, no se metió ni en los 'playoffs' y hubo 'limpia' general. En la siguiente, con el Joventut, logró su mejor temporada en anotación --la única en la que superó, por muy poco, los 10 puntos de promedio--, pero su físico iba perdiendo facultades inevitablemente. En Alicante no le recuerdan con especial entusiasmo y eso que llegaba como fichaje estrella.

Cuando se le contacta, lo principal que dice es que "la Liga ACB es la mejor de Europa y durante mi etapa en el Barça tuve la suerte de jugar con los mejores jugadores y grandes hombres (Aito García Reneses, Nacho Rodríguez, Roberto Dueñas, Rodrigo de la Fuente, Juanca Navarro, Pau Gasol, Saras, Arturas Karnisovas...)".
En la actualidad con su mujer, Burcu Ozcan.

Dejó de jugar en el 2001, en el Estrasburgo de su país, y ahora vive entre Lyon y Estambul. Su mujer es turca. "Estoy estudiando turco y también estoy intentando sacarme el título de entrenador. Me gustaría algún día dirigir a un gran club", afirma.

Como vídeo final de lo que pudo ser y no fue está este reportaje de la televisión francesa cuando tenía 17 años. Brutal.



lunes, 17 de septiembre de 2012

David Sala: El base de la 'depre'



En uno de los tres únicos partidos que disputó en su segunda etapa en el Baskonia (Gigantes del Basket).
Más de uno me habéis pedido que hable sobre David Sala. ¿Por qué? Os lo preguntaréis aquellos a quien el nombre no os diga nada. El suyo fue un caso creo que único en el baloncesto profesional español. Lo sucedido con él en Vitoria en los últimos meses de 1995 marcó indudablemente su carrera, concluida prematuramente pese a lo pujante que fue en una época. Vamos a revivirlo, aunque sea un tema amargo y delicado.

Sala era un base muy rápido, con grandes cualidades sobre todo ofensivas. Salido de la cantera del Sant Gabriel, fue captado a los 17 años por el entonces denominado Taugrés, con el que debutó en la ACB en la temporada 89-90. Entre esa campaña y las dos siguientes totalizó 56 partidos, aunque poco protagonismo. Era la larga etapa en la que Pablo Laso era el dueño y señor de la batuta en el Baskonia. Lo mejor era buscarse la vida lejos para cualquier competencia.

En León, su mejor época.
Lo hizo, y muy bien. Llegó al León en 1992 y fue una de las claves para que el Elosúa fuese una de las sensaciones del campeonato. Bajo las órdenes de Gustavo Aranzana estuvo las tres siguientes campañas con tanto acierto que llegó a ser reclamado por la selección nacional de Lolo Sainz para partidos del Preeuropeo.

Era el momento de regresar a Vitoria, ya convertido en uno de los grandes bases de la competición y a una edad perfecta, 25 años. En la temporada 95-96, Manel Comas le eligió para sustituir a Laso, que se acababa de marchar al Real Madrid. El Taugrés pagó 15 millones de pesetas (90.000 euros de los de ahora) para recuperarle. Una apuesta en serio.

Sin embargo, fue un sueño que se convirtió en pesadilla. Al mes de competición, con solo tres partidos jugados, Sala se mostraba extremadamente triste, insatisfecho con sus actuaciones, agobiado por la presión, desconfiado de todo, incluyendo sus propios compañeros. En esas protagonizó un auténtico 'bombazo': tras un partido en Manresa, y con el apoyo de sus padres, se ausentó de la concentración del equipo, que debía jugar el día siguiente en Badalona. Acudió a un médico de la Seguridad Social, que le dio la baja por depresión a la vista de sus síntomas.

Todos hemos conocido a personas que han sufrido esa enfermedad. Incluso algunos de los que leéis esto la habréis padecido. La opinión general es que, hasta que no se vive, no se sabe lo que es. Sin embargo, Josean Querejeta, el presidente del Baskonia, no creyó el diagnóstico e impulsó la apertura de un expediente disciplinario con el objetivo de rescindir el contrato que unía a ambas partes por tres temporadas. "Su presión va directamente unida a su salario. Si ha caído ahora, ¿qué puede ocurrir cuando lleguen, por ejemplo, los playoffs?", decía Querejeta entonces.

Comprando una entrada. El Taugrés
le retiró su pase (Gigantes).
Se abrió un desagradable tira y afloja entre el club y el agente del jugador, Arturo Ortega. Sala fue apartado del equipo y sancionado con 1,3 millones de pesetas (unos 7.000 euros) por el club y hasta se le retiraron los pases para poder entrar en el pabellón vitoriano mientras recurría ante la ABP. Tuvo que pasar por taquilla para poder ver a sus compañeros.

El 'caso Sala' provocó un profundo debate. Fueron unos meses complicados hasta que finalmente se llegó a un acuerdo entre las partes para romper el contrato. El Tau fichó a Jordi Millera en su lugar y ascendió al puesto de base titular a Ferrán López.

No jugó más aquella campaña y se dudó seriamente de que volviera a hacerlo en su vida. Pero sí regresó a las pistas la siguiente temporada, con pocos minutos y no mucho acierto en el Girona. Sin embargo, en Granada y a las órdenes de Pedro Martínez, en la 97-98, sí recuperó el rol de titular y dio destellos de que podía volver a ser el que era. En otro giro, su carrera volvió a truncarse en la complicada 98-99: el Granada descendió y él volvió a ser segundo base. Tenía 28 años y estaba tan cansado de baloncesto que se retiró.

¿Qué ha sido de él todos estos años? Su principal ocupación es la de regentar un Pans and Company en L'Hospitalet. Le envié un mensaje, pero no me ha respondido. Sin embargo, he encontrado una buena entrevista que le hicieron en una web sobre baloncesto en el Bajo Llobregat. Podéis leerla entera aquí, pero os extraigo algunas frases, las más interesantes y relacionadas con lo que os he contado:

Foto en su perfil de Facebook.
"Es duro ser profesional porque viajas mucho, hay mucha presión, entrenas mañana y tarde, además estás un año en una ciudad, otro año en otra ciudad, te lo tomas como si fuera un trabajo. También lo que pasa es que la gente lo ve sólo como un deporte, pero lleva otras cosas en medio que no se ven desde fuera".


"Dentro de lo que es el equipo existen grupos de 2, 3, 4 jugadores que van por su lado, porque es que al final es un tema profesional y depende de cómo juegues te estás asegurando tu futuro. Desde fuera realmente no se ve lo que hay dentro, es decir que cada uno va lo suyo y si tiene que pisar al de al lado lo pisa como en cualquier empresa. Además al entrenar cada día hay muchos roces, discusiones, problemas, así que con unos te llevas bien y con otros no tanto. Los americanos van al margen, algunos se integran pero la mayoría no, vienen a los partidos, los entrenos, pero casi ni los conoces".

(Preguntado si hay un antes y un después en su carrera del 'caso Sala'). "Deportivamente me hizo mucho daño porque me truncó, pero no he querido mirar al pasado porque no sirve para nada, sólo para hacerte daño. En Granada creo que jugué a un nivel similar al de León. Fue un año malo pero también se aprende".

"¿Por qué dejé de jugar? Estaba un poco cansado. La última temporada estuve en Granada y el equipo descendió de categoría y realmente no me compensaba mucho tener que ir a la LEB, tenía un año más de contrato y no nos pusimos de acuerdo hasta empezada la Liga y como no tenía equipo para irme a dar vueltas por ahí por poco dinero y estando casado con una hija, decidimos volver a casa y empezar otro tipo de vida".

domingo, 16 de septiembre de 2012

Eduardo Argos: El placer de ayudar en casa

El clásico "antes"...
¿Hay algo mejor para un chico joven que debutar en ACB en el equipo de su ciudad? Sí: contribuir, siendo apenas un crío, en la permanencia del equipo. Eduardo Argos no es que tuviese una carrera ACB rimbombante, pero los once partidos que disputó con el Cantabria Lobos (uno en la 98-99 y, sobre todo, diez en la 2000-01) seguro que los disfrutó al máximo.

Argos era un base 'de la casa', más bien pequeñito (1,80). El 11 de abril de 1999 vivió el clásico 'estreno del junior en Vitoria', tres minutos con el partido decidido en los que pudo sacar un par de faltas y anotar cuatro tiros libres. Lo importante llegaría año y pico después.

Él siguió jugando en el filial, progresando. No había cumplido los 20 aún. Pero en la temporada 2000-01 hubo una serie de problemas internos en el Cantabria Lobos, un club bastante recordado por lo explosivo de su presidente, Ciriaco Díaz. La escasez presupuestaria obligó a echar mano de varios jóvenes para completar la plantilla. Uno de ellos era Alberto Miguel y otro, Argos.
...y "ahora".

Miguel, ya lo sabemos, fue una irrupción refrescante. Bajo la dirección de Dani García, Argos se limitó más a dar algún descanso al base titular, Joaquín Ruiz Lorente. Con un equipo bastante flojo, y en unas circunstancias al parecer muy difíciles, la entrega de los chicos y el tremendo apoyo de público que hubo siempre en Torrelavega obraron el milagro de la permanencia.

Nuestro protagonista no volvió a jugar en ACB, aunque no se movió de Cantabria en los años siguientes, jugando en Primera, EBA y LEB Bronce hasta el 2008 con equipos de la zona.

Desde luego, la cosa no estaba pensada para hacerse rico con el baloncesto. Desde hace cuatro años trabaja en Madrid como ingeniero, la carrera que iba estudiando mientras jugaba. Se ha desvinculado del baloncesto, aunque sigue jugando algunas pachangas con los amigos, cuenta.

"Mi etapa ACB fue muy corta y fugaz, compaginando categorías inferiores con el primer equipo, y disputando una temporada completa en plantilla (pocos minutos pero mucho curro en entrenos), en la que nadie daba nada por nosotros y conseguimos salvar la categoría", recuerda. Y saca a colación una anécdota: "de ese año todo el mundo recuerda una canasta que hice con bastante suerte, anotando al final del tercer cuarto desde el tiro libre contrario, y ganando ese partido (segundo partido de liga contra Girona, tras perder en Málaga el primero por casi 40 puntos)".

sábado, 15 de septiembre de 2012

Marvin Alexander: Un 'enganchado' a España que quiere ser granjero

Ya en Granada en sus años de LEB.

Muchos americanos llegan a España para jugar un puñado de partidos y se enamoran. Su prioridad pasa a ser estar en nuestro país, sea en la liga que sea. Es muy significativo el caso de Marvin Alexander, que apenas dejó de estar en alguna competición de aquí, a distintos niveles.

Alexander, el típico '4' de 2,03 que fue sustituyendo, con el tiempo, la velocidad por la inteligencia y la corpulencia, atesora también una estadística curiosa: disputó cuatro temporadas en la Liga ACB, aunque ninguna de ellas la completó. Durante una época importante de su trayectoria tuvo problemas físicos que le impidieron tener más continuidad.

Su nombre está sobre todo asociado al de Girona. El Valvi le trajo en la temporada 89-90, pero le sustituyó por lesión por George Johnson. El año siguiente intentó recuperar tono en Primera B en Santa Coloma. Tras un tiempo en Francia, el club gerundense volvió a confiar en él para la 92-93, pero en febrero volvió a lesionarse y entró por él Keith Robinson. Aún así, continuó en la 93-94, que tampoco pudo concluir, siendo suplido por Shaun Vandiver en enero.

Su único equipo ACB fuera de Girona fue el Caja San Fernando, pero tampoco en Sevilla logró completar el curso 95-96. Richard Scott entró por él. En total, 10, 26, 13 y 13 partidos con unos decentes 14,2 puntos y 6,6 rebotes.

Se convirtió entonces en un americano de referencia en la LEB: Pineda, Tenerife, Murcia, Granada y Manresa (LEB) y Gramanet y Algeciras (LEB2). Tenía 37 años cuando concluyó su carrera en este último equipo en la temporada 2002-03.

En la actualidad.
Ya con la doble nacionalidad, no paró ahí la cosa. Regresó a Cataluña, donde se sacó el título de entrenador y colaboró trabajando con niños con el club de Barberá, donde llegó a regresar a las pistas en la Primera Catalana. Solobasket lo recogió aquí en el 2006.

 "Pasé un tiempo maravilloso en España. La gente, la comida y la cultura eran estupendas", recuerda. Ahora vive en el estado de Mississippi y, según cuenta, proyecta cambiar de profesión. "Pongo calefacciones y aires acondicionados, pero estoy intentando salir adelante con una granja y dedicarme a ello. Los beneficios son mayores. Para mí es como volver a mi infancia, cuando mi abuelo era un pequeño granjero. Voy a criar cerdos, gansos y pollos y también a sembrar patatas, maíz, sandías, etcétera"...

Ahí queda eso.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Alberto Abalde: Otro creador de una estirpe


Lanzando en suspensión en A Malata.
Hace no mucho hablé aquí de Félix de la Fuente, un jugador 'ochentero' que es padre de chico y chica que llegaron más o menos a la élite. Alberto Abalde va por el mismo camino: fue 'santo y seña' durante una época en el baloncesto gallego y más concretamente en el OAR Ferrol y ahora, tras ver debutar entre las mejores a su hija Tamara, cuida con mimo a Alberto, internacional en categorías inferiores y una de las grandes promesas del Joventut.

Los genes son los genes. Alberto Abalde 'padre' era un alero de 2,01 muy de la época: todo corazón, no exento de calidad, y que se adaptaba a lo que le pedía el entrenador, que podía ser también ayudar bajo los tableros. Acumular 154 partidos en la ACB a lo largo de cinco temporadas no es sencillo (todas en el mismo club), aunque esos 4,6 puntos y 1,9 rebotes en 19 minutos no sean de relumbrón. En aquel ecosistema, la anotación corría a cargo de Manolito Aller y el trabajo interior recaía en Anicet Lavodrama. Fede Ramiro o Ricardo Aldrey dirigían el cotarro. Alrededor de ellos se formó un equipo sólido que se manejó bien en la zona media-baja de la clasificación. Si queréis leer más sobre aquella aventura ferrolana, os remito a un artículo que hace no mucho me sacó ACB.com aquí.
En la actualidad. Trabaja en un banco.

Abalde procedía del Obradoiro. Es la demostración de lo bien que trabajaba la cantera el OAR, que captaba a los mejores de su comunidad autónoma. De hecho, él no es de Ferrol, sino de Vigo, donde vive actualmente. "Llevo una vida normal en familia, desarrollo una actividad profesional en el sector bancario tan denostado actualmente, y tengo un negocio relacionado con el turismo con mi esposa. Además, he seguido en contacto con el basket y ya hace años que saqué el titulo de entrenador superior y entreno y formo jugadores jóvenes, actualmente en el junior del Marin Peixegalego", me escribe con enorme amabilidad.

Tamara Abalde.
Su relación con el basket también es cuidar al máximo la carrera de sus hijos. Tamara Abalde --a la que, por cierto, y poniéndonos algo machistas, muchos consideran la baloncestista española más guapa-- completó su formación en USA y ha sido internacional y jugado en varios equipos de la Liga Femenina, aunque desde hace un año se apuntó a la tendencia migratoria de las 'cracks' nacionales y ahora está en el Basket Landes francés. Tiene 23 años, mide 1,90 y es ala-pívot. Alberto, como he señalado antes, fue captado por la Penya y tiene muy buena pinta con su 1,99 jugando de escolta y sus 16 años.

Alberto Abalde hijo.
Siempre suelo preguntar a los jugadores qué recuerdo les queda de su época como profesionales. Abalde me ofrece una reflexión que muchos compartimos como respuesta: "Sobre todo había más compromiso, identificación por parte de todos los jugadores hacia sus clubes. Antes jugadores como Chichi Creus, Epi, Corbalán, Fernando Martin o Manolo Aller, Mico Saldaña, Miguel Loureiro, Anicet Lavodrama y yo mismo demostrábamos cada domingo un cariño hacia los colores que ahora con la globalizaciòn no se da. Antes todo era mas romántico. Recuerdo además los viajes y la tremenda camaradería que había incluso con los rivales, pero supongo que esto engloba a toda la sociedad. No obstante, el baloncesto ha mejorado muchisimo y ahora el nivel es muy superior. Más alto, más rapido, más fuerte. En suma, más talento individual, no táctico. En fin, los cuentos del abuelo cebolleta, jajaja".