Viejos tiempos. |
Es un viejo debate, casi siempre con una respuesta final clara. ¿Haber jugado muy bien al basket te capacita para ser posteriormente entrenador o director deportivo? Al final hay demasiados ejemplos para que la conclusión sea "no". Muchos de los profesionales se reconocen incapaces de entrenar. Esa 'limitación' es más difícil de asumir cuando se trata de fichar. En el caso de Nacho Azofra, todo es muy radical: adorado durante la mayor parte de su carrera como base del Estudiantes, ha sido acusado en la última temporada de dirigir una pésima política deportiva que ha llevado al histórico club a un descenso no ejecutado finalmente.
La mayoría de los fans de Azofra lo dicen abiertamente: es mejor recordarle como jugador, no tenerle muy en cuenta su trabajo en los despachos. Porque si no vamos a tener que odiarle, añaden.
Estamos, sí, ante un mito, un profesional que reunía todas las esencias del Ramiro de Maeztu, tanto en el juego como en la personalidad. Anárquico pero genial, descarado, cercano, inspirado... Un base de la vieja escuela con unas gotitas de modernidad que surgió a finales de los 80 para quedarse. Tanto se identificaba su estilo con el del Estudiantes que, pese a que probablemente era el mejor base de la ACB durante un tiempo, apenas pisó la selección española (39 veces internacional y un único gran torneo, el Eurobasket-93). Entre tantas normas, su intelecto se diluía.
To-re-ro. |
Su vida post-parquet no ha estado jalonada de éxitos. Sí salvó, ayudando en el cuerpo técnico, una difícil situación en la temporada 2007-08. Las luchas internas en el Estudiantes y su apuesta por el bando ganador le situaron en la dirección deportiva, donde desde luego no ha brillado por sus aciertos. ¿Desconocimiento del mercado? ¿Mala suerte? ¿Errores ajenos? Demasiado difícil dar un veredicto. Ya sabéis lo que dicen sus fans: mejor recordar al genio. Aquí os dejo un gran vídeo.
Un jugador mágico, de lo mejor que ha dado el baloncesto español.
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