domingo, 12 de agosto de 2012

Milan Gurovic: El 'no número 1' de los 500 kilos

Cuando en Barcelona parecía 'el elegido' (Marca).


Qué pena o  qué asco da cuando ves a un jugador que lo tiene todo para triunfar y que, por lo que sea, a veces por su propia culpa, no consigue hacerlo. No se puede decir que Milan Gurovic tuviese una mala carrera, o que fracasase. Pero pudo ser un auténtico número 1 y no lo fue.

No es extraño que Gurovic se convirtiese, en 1998, en el traspaso más caro de la historia de la ACB. No hay un ranking oficial, pero no muchas veces más desde entonces se han pagado los 500 millones de pesetas (3 millones de euros) que le soltó el Barça al Peristeri por los servicios de un alero que, decían, se iba a hacer el dueño de Europa y que fue 'rebautizado'

Milan era el '3' perfecto. Un físico tremendo y una muñeca de la escuela balcánica. Y eso que, por entonces, él ya llevaba unos años alejado de su Serbia natal, huyendo, como tantos otros, de la guerra, y había encontrado acomodo en Atenas, en el Peristeri. Aíto García Reneses se empeñó en su fichaje, pero tras dos temporadas más bien discretas, el Barça se deshizo de él culminando una ruinosa operación económica.

En Málaga encontrándose a sí mismo (Diario Sur).
Consiguió relanzar su carrera en Italia, en Trieste, confirmándose como un habitual en su selección, aunque no un primer espada. Oro en el Europeo de Turquía-2001 (el primer torneo internacional absoluto que disputó Pau Gasol, por cierto), su 'revival', cuando aún tenía solamente 25 años, se prolongó en el Unicaja de Maljkovic ese mismo año. En Málaga su primera temporada, la 01-02, fue mejor que la segunda, esta después de proclamarse campeón del mundo en Indianápolis, por cierto. Empezó a hablarse de NBA, claro.

Ocurrió algo extraño entonces: fichó por el Tau, pero rompió el contrato unilateralmente para irse al Vojvodina de su país. Eso inició un largo contencioso que acabó perdiendo. Llegó además una grave lesión que fue el principio del fin, aunque regresó fugazmente a España para jugar con el Joventut en el 2005 (curiosamente, con Aíto). Aventuras en Serbia, Rusia y Turquía fueron el colofón de una carrera que concluyó en el 2008. Ahora será entrenador asistente en el Estrella Roja de Milovoje Lazic.

Con el famoso tatuaje.
La más mítica de él es el tatuaje de un líder ultranacionalista serbio que luce y que una vez le impidió entrar en CroaciaHay un gran artículo en Solobasket que explica estas y otras vicisitudes a las que le llevó su controvertida personalidad.

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