viernes, 5 de octubre de 2012

Bo Outlaw: No valía para la ACB, pero 15 años en la NBA


El joven Outlaw (1993).
Hay cosas que, cuando se mira para atrás, uno no se explica, pero claro, "la máquina del tiempo no existe". Eso es lo que respondía Alfred Julbe cuando se le preguntaba por algo del tipo "qué hubiera pasado si...". En este caso, el tema raro es el siguiente: ¿cómo es posible que un tipo que fue fichado para el filial del Estudiantes y llegó a tener una oportunidad en el primer equipo --fracasando en ella-- luego encadenase 15 temporadas en la NBA jugando bastantes minutos? Señoras y señores, Charles 'Bo' Outlaw.

La bizarra historia sucedió en 1993, cuando el Estudiantes incorporó a un desconocido '4' de 22 años y 2,02 por un precio bajísimo. No lo quería para el primer equipo, donde los extranjeros eran Jeff Sanders, Danko Cvjeticanin y, ejem, Guennadi Ouspeski. La idea era tenerle en el filial, que militaba en Primera, con el objetivo de observarle y poder reclamarle en caso de necesidad. En aquel 'Estu' B había gente que llegaría a la ACB con más o menos éxito (Gonzalo Martínez, Paco García, Javier Velázquez, Fran Ruiz). Lo entrenaba Ángel Goñi.

Realmente 'mazas', ¿no?
Outlaw tenía un gran físico y jugó bastante bien en ese escalón inferior. Miguel Angel Martín probó con él cuando vio que el experimento con Ouspeski fracasaba irremediablemente. ¿He dicho probó? No mucho, la verdad. En la jornada 6, 4:15 contra el Natwest Zaragoza (0 puntos y 0 rebotes) y en la jornada 9, 6:18 en Ourense (0 puntos y 1 rebote).

Fin a su carrera europea. Sin anotar. Amazing, not? Sobre todo cuando después, a los tres meses, ingresas en la NBA (con un contrato de diez días en los Clippers) y enganchas a partir de ahí 914 partidos, ganando unos 38 millones de dólares en 15 temporadas.

La explicación más sencilla del asunto es que Outlaw no era lo que necesitaba el Estudiantes. Ouspeski era un '3' y para ese puesto era más correcto el jugador que llegó entonces, Bob Harstad. Y otra cuestión es el trabajo que desarrolló después Outlaw en la NBA: era un auténtico currante, un atleta con un cuerpo hercúleo, especializado en aspectos defensivos y reboteadores con escasa responsabilidad ofensiva, aunque hubo años de 10 puntos de media. El perfecto relevo del interior estrella. Sin ir más lejos, lo fue de Pau Gasol durante algún tiempo en los Memphis Grizzlies. Inolvidable cuando se quitaba las gafas para lanzar tiros libres.

En un acto promocional en su puesto de embajador de los Orlando Magic (Foto: Orlando Centinel).
Donde más le quisieron fue en Orlando, donde permaneció siete años en dos etapas distintas (1997-2002 y 2005-07). Aquí tenéis un amplio compendio de sus números en la NBA, aunque os los resumo: 8,6 puntos y 4,9 rebotes en 22 minutos. Sólo un tercio de los 914 partidos como titular.

Se retiró hace cinco años y trabaja para la organización de los Magic como embajador en obras sociales. Quizás, fugazmente, piense alguna vez en aquellos meses en Madrid.

Como el tema Outlaw ya veis que me intriga mucho, he preguntado a Paco García sobre cómo lo vivió desde dentro. Esto dice: "Recuerdo que era un físico extraordinario, que defendía como una bestia y que tuvo la mala suerte que cuando le dieron la oportunidad fue para un rol que no era el suyo. Hubiera sido un gran complemento para un gran equipo. Tipo Glen Whisby, pero mas listo. Reboteaba. Se movía muy bien para recibir la asistencia y sobre todo taponaba muy bien. Era el tipo que más rápido subía de todos con los que he jugado. Se enfadaba si hacías falta a un jugador que penetraba porque el estaba esperando, mirando hacia otro lado, eso sí, para despistar. Un gran tipo que vino para ayudar al equipo de Primera División, un grupo joven recién ascendido".

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