viernes, 30 de noviembre de 2012

Pedro Solana: Loco por el basket (y el boxeo)

Lanzando ante el Barça (88-89).

A veces me encuentro con exjugadores que son casi más 'frikis' de la canasta que yo, con los que conecto inmediatamente hablando de basket y del pasado. Muchos tipos que han jugado a nivel profesional tienen una visión desapasionada de ello. O simplemente pasan página de esa etapa de sus vidas. No es el caso, desde luego, de Pedro Solana, que solamente disputó ocho partidos en la ACB con el Caja Canarias en la 88-89 --bastantes más en Primera B--, pero que recuerda con enorme intensidad y sentimiento el tiempo en el que defendía una camiseta delante de una hinchada.

Pedro es de Cuenca, aunque ha vivido la mayor parte de su vida en La Laguna. Era, como él dice, un 'falso 2', "un escolta altito (1,94)-alero pequeño que iba al rebote de ataque siempre y cogía muchos (como decía un entrenador mío el rebote no es para el más alto, sino para el que lo quiere…), tirador de 3, corredor de contraataques y defensor. A esto tuve que adaptarme en Huelva con Martín Benito, porque yo siempre había sido anotador".

Como todos, tuvo su momento de gloria. En uno de sus ocho partidos ACB, anotó 15 puntos en la cancha del Joventut de Villacampa, Jofresa. Era junior y el entrenador, Hernández Rizo, le había sacado de titular por la lesión del escolta Germán González, sobre el que por cierto ya tengo escrita una entrada que saldrá en breve. "La idea era que jugara diez minutillos y luego sacar los restantes 30 al segundo base, José Carlos Cabrera, pero no debí hacerlo mal cuando me mantuvo en pista mucho más de lo inicialmente previsto", cuenta Solana. La ficha de aquel partido no puede verse en ACB.com (no aparecen hasta 1990), pero aquí está vía Gigantes del Basket, que no se diga:


91-92.
De los 39 puntos que anotó en total en ACB (con una media de 17 minutos, eh), 15 fueron en este encuentro. Jugó en dos etapas como amarillo: esta de junior y una posterior de tres años, tras pasar una temporada en Huelva y otra en el Tenerife. Se retiró profesionalmente muy pronto, con 24 años, "lo que me permitió terminar la carrera de Derecho", pero nunca se desvinculó del basket y hasta ahora ha jugado en casi todas las categorías. "He sido con treintaytantos máximo anotador de la Primera Nacional de Castilla-La Mancha con el CB Horche (24 puntos de media) y en la liga provincial de Guadalajara también lo fui, anotando 55, 51 y 46 puntos en tres de sus partidos con el Guadabasket, muchos de ellos desde la línea de 3".

Ah, no lo había dicho. Regresó desde Canarias a Castilla-La Mancha, donde pertenece al cuerpo jurídico de la Junta. Vive en Toledo. El basket, con 43 años, lo mantiene muy presente. "Actualmente me mantengo en forma entrenando con equipos de Primera Nacional y jugando pachangas 5x5 a tope en Toledo. El año pasado gané el torneo 1x1 Red Bull King of the Rock en Madrid, pero no pude ir a la final porque me coincidió con un viaje a Praga, lo cual me dio mucha rabia. Me hubiera encantado retar al campeón. También asisto al gran torneo anual “Memorial Juan de la Torre” en Valdepeñas, donde llevo ya dos años jugando en el equipo junto con Javi Vega, el jugador del Fuenlabrada, un crack y un chaval excelente", añade.
Con el Trofeo 1x1 Red Bull King of the Rock.

Ahí le tenéis, exhibiendo el cinturón de 'Maravilla' Martínez.
Hay un segundo deporte en su vida: el boxeo. Es amigo del campeón del mundo argentino Sergio 'Maravilla' Martínez, La historia no tiene desperdicio. "Lo conocí cuando no era una estrella y se ganaba la vida trabajando en la seguridad de diversos locales de marcha en Guadalajara (ciudad en la que estuve destinado 5 años). Nos pasábamos horas y horas hablando de boxeo y de combates recientes e históricos, hasta el punto que la gente creía que el de seguridad era yo. Forjamos una pequeña amistad y cariño mutuo que se consolidó años después cuando cumplí el sueño de irle a ver uno de sus grandes combates, contra Paul “The punisher” Williams en Atlantic City (noviembre de 2010) que desembocó en KO del año de 'Maravilla'. Tuve el inmenso honor de acompañarle hasta el ring y subir con uno de sus cinturones en alto en lo que probablemente haya sido una de las experiencias más espectaculares que haya vivido. Escuchar el “Let´s get ready to rumble” de Michael Buffer a un metro de él no tiene precio para cualquier buen aficionado al boxeo. En su último gran combate, septiembre de 2012, en Las Vegas le estuve animando en silla de ring y le vi recuperar el cinturón de campeón del mundo del peso medio contra el hijo de la leyenda Julio César Chávez, esta vez por amplia decisión unánime".

En fin. Otra historia maravillosa.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Dyron Nix: El '4' de los modestos promete pelea a Quique Andreu y adora a Luis Enrique

En el Cáceres contra el Gran Canaria (temporada 98-99).
Me parece que Dyron Nix fue uno de los mejores americanos que vinieron a España en la década de los 90. Quizás no se habló mucho de él porque normalmente estuvo en equipos pequeños --unos meses en el Joventut como tercer extranjero fueron la excepción--, pero en todos cumplió. Lo prueban los números, aunque a veces se le acusase que estaba demasiado pendiente de ellos: en 186 partidos ACB promedió 18,6 puntos y 7,6 rebotes.

En la Universidad de Tennessee.
En varias de esas experiencias le tocó el papel ingrato de sustituir a otro americano porque el equipo iba mal. Y casi siempre resolvió la papeleta, aunque quizás, como único reproche, no fuese un excelso defensor. Pero tenía unos grandes movimientos en el poste bajo y también un tiro de media distancia muy aseado. El clásico '4' para clubs modestos que necesitan que su americano interior produzca mucho y bien.

Seguramente, en la NBA de hoy en día sí tendría más oportunidades que los 20 partidos que jugó con los Pacers en la 89-90. Había llegado a Indiana procedente de los Charlotte Hornets, que le eligieron en el puesto 29 tras una carrera de récords con la universidad de Tennessee y esa pinta de Lionel Ritchie que podéis ver.
En los Pacers.

Tras un año en Francia, su primera experiencia española fue en el Mayoral Maristas. La pareja con otro joven Mike Ansley fue de órdago. Después, Valladolid (dos etapas), Andorra, los meses en el Joventut, Cáceres, Cantabria, Huesca... Solo dejó España para un contrato temporal en el Maccabi y un año en el Iraklis. En Torrelavega se retiraría en el 2000, con 33 años.

"Pasé algunos de los mejores años de mi vida en España", me cuenta desde Atlanta . "Siempre pensaré en ese país como mi segunda casa. Cáceres y Valladolid fueron mis ciudades favoritas y la gente de Huesca fue realmente fantástica. Me gustaría volver pronto para ver a los amigos".

Ahora.
Desde luego, y en un tono de broma al máximo, no olvida alguno de sus rivales en la ACB: "También me gustaría ir para patearle el culo a Quique Andreu, porque todavía hoy en día quiere pelear conmigo. Pero en todo el tiempo que estuve en España nunca llegamos a tener una auténtica lucha".

Actualmente gestiona una empresa constructora. Su hija trabaja para los Brooklyn Nets y su hijo está aún en la universidad, en Austin, Texas. "Estoy muy orgulloso de los jugadores españoles que están por el mundo", dice sobre los NBA a los que se enfrentó en su momento, como Pau Gasol. Por si fuera poco, hasta se hizo aficionado al fútbol y tiene un ídolo particular: "El Barcelona siempre ha sido mi favorito... ¡Desde Luis Enrique!".

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Iñaki Garayalde: Predecesor del 'carácter Baskonia'


Charlar un rato con Iñaki Garayalde es una auténtica delicia, os lo aseguro. Los aficionados de Vitoria le conocen bien por sus comentarios en Radio Vitoria, basados en la experiencia y el corazón. Fue jugador en los 80 de aquel Baskonia que no era un equipo puntero, sino más bien familiar. Era un escolta fuerte para la época, de 1,90, que fue incluido en la mítica baraja de cartas 'Ases del baloncesto', como se puede apreciar a la derecha.

Garayalde empezó a jugar casi de casualidad. "Estaba en un colegio de curas y casi me obligaron a participar en unas pruebas que había por la tarde, de minibasket. Yo tenía once años y ni sabía lo que era eso. Pero le pregunté a mi hermano Bittor y me dijo que fuese, que no rechistase. Y fui. Con el San Viator llegamos a lo que sería la LEB Oro actual. Con 18 años ya me ficha el Baskonia", cuenta. Fue entonces cuando tuvo que hacer una rápida reconversión de pívot a alero. "Me dieron una pelota y me dijeron que me pusiera a botar, que la llevase a donde yo fuese botando. Es lo que hice", recuerda.

Empezó entonces una etapa en el actual Caja Laboral que incluyó las cuatro primeras temporadas de la etapa ACB, desde 1983 a 1987. Como él mismo reconoce, no fue un jugador muy resolutivo en ataque (3,1 puntos de media en 16 minutos), sino más bien un especialista en la defensa y el rebote. Lo curioso es que en todo ese tiempo no dejó de estudiar ni de trabajar. Ahora es maestro de Primera, como lo era entonces, incluso como jugador. "Currabas durante todo el día y a las 8 ibas y entrenabas. Era totalmente distinto a lo de ahora, claro".

Esta foto de la selección española junior no tiene desperdicio. Iñaki es el '4'. El pie está equivocado.
Empezó a colaborar con Radio Vitoria y eso le ha permitido seguir muy de cerca la actualidad del antiguo Tau. Y también comparar con legitimitidad épocas y estilos. "Si a todo el baloncesto de mi época le añades la tecnología de ahora, te sale el juego de ahora. Pero también digo que el Madrid de los años 70 que ganaba todas las ligas y muchas Copas de Europa tendría ahora problemas para salvar la categoría", añade.

Garayalde pone un ejemplo en carne propia: "Entonces no había scouting. Podías hacerte una idea porque habías visto al Real Madrid en algún partido televisado, pero nada más. Y cuando viajabas para un partido, parabas en un restaurante y te metías unas alubias y un chuletón, que se pensaba que daba energía. Jugabas unas horas después y, cuando volvías, comías otras vez lo mismo. Era increíble visto desde la perspectiva de ahora, la de la pasta y el pollo que suelen comer los jugadores".

Comentarista en Radio Vitoria.
Sin embargo, destaca que en aquel Baskonia había una autenticidad que no volverá: "Cada victoria era un éxito tremendo y cada derrota era una tragedia para nosotros. Lo vivíamos muy dentro, era algo terriblemente pasional. Éramos siete chicos de Vitoria, algún vasco más y los dos americanos".

Hablando de americanos, Garayalde compartió equipo en la 83-84 con Riley Clarida, el pívot con cáncer cerebral que lucha por su vida en USA. Reconoce que se enteró de la noticia gracias a este blog y dice haberle afectado. "Riley era un tío muy noble, muy buen compañero. Un auténtico currante de un gran potencia físico. No creo que midiese los dos metros que se decía que tenía, pero era tremendo. Hacía tres cosas bien: rebotear, bloquear y meterla para abajo. Espero que se recupere".

martes, 27 de noviembre de 2012

Dennis Nutt: Recuerdos de Alfredo's Barbacoa

En uno de sus cuatro partidos (Gigantes).

Dennis Nutt ejemplifica bien el concepto "aparecer en un sitio inadecuado en el peor momento". En el Real Madrid de la temporada 89-90, con la muerte de Fernando Martín, la marcha de George Karl, el infarto de Ignacio Pinedo en el banquillo y mil historias más, este base blanco y cerebral con buena mano no cuajó. Solamente dispuso de cuatro partidos (10 puntos de media), ya que ni empezó la temporada (sustituido temporalmente por Mike Anderson debido a una lesión de rodilla) ni la acabó (entró por él 'Piculín' Ortiz para compensar la falta de un pívot tras el triste adiós de FM10).

Ahora es entrenador en una pequeña universidad de su estado natal, Arkansas, la Ouachita Baptist, tras ser 'scout' para los Charlotte Bobcats. Ha accedido a compartir sus recuerdos españoles con nosotros. Allá vamos.

"Realmente disfruté mi corto tiempo en Madrid y me gustaría volver algún día para vivir un poco más de lo que tuve en su momento. Era joven y empleé la mayor parte de mi tiempo en concentrarme en el baloncesto. No aproveché tanto la experiencia de vivir en España como me hubiera gustado".

"Sin embargo, recuerdo que Madrid era una ciudad vibrante y orgullosa. Había un montón de restaurantes, pero mi favorito era 'Alfredo's Barbacoa'. No sé si está todavía abierto, pero realmente disfruté con Alfred y sus empleados. Era de Nueva York, pero había adoptado a Texas como su estado y yo, que había estado en la Texas Christian University, sentí una conexión natural con él".

Ahora.
"Me pasé muchas tardes leyendo el USA Today y más cosas en inglés que se podían encontrar allí. "Qué pasó" fue lo máximo que llegué a hablar de español. Mis compañeros intentaron al máximo ayudarme, pero era muy malo con el idioma".

"Los aficionados fueron lo mejor para mi experiencia. Estaban siempre orgullosos de su equipo y no les importaba decirte cómo se sentían. Recuerdo los cánticos y las constantes bocinas en el pabellón. Mucha diversión".

"También recuerdo el triste día en el que perdimos a nuestro compañero Fernando Martín en un trágico accidente de coche. Estábamos calentando para jugar un partido y alguien vino a la pista a darnos la noticia. No puedo imaginar el dolor que Antonio (su hermano) y el resto de su familia sintieron durante aquel tiempo tan duro".

"No di lo mejor de mi durante aquel tiempo. Me lesioné la rodilla antes de viajar a Madrid y nunca puede tenerla del todo recuperada. Teníamos un gran grupo de jugadores y disfruté de mi corta etapa competiendo con el Madrid. Estuve con Quique Villalobos hace un par de años en Las Vegas cuando yo era ojeador de los Charlotte Bobcats. ¡No ha cambiado nada!".

Por cierto, Dennis: Alfredo's Barbacoa sigue existiendo.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Miguel Luna: El sueño del Maristas desde dentro


Defendiendo a Arvydas Sabonis.

A Miguel Luna no le conozco personalmente, y ni siquiera le vi jugar. Pero tengo contacto con él desde hace años vía mail, comentando distintas cuestiones relacionadas con el basket y la vida. Era un chico melillense que jugó como pívot 48 partidos en ACB con el Mayoral Maristas entre 1988 y 1992. También más abajo. Dotado de mucha sensibilidad, me lo ha puesto sencillísimo para hablar de él hoy. Me basta con el 'copia y pega' del correo que me ha enviado. Allá va. Es realmente especial lo que cuenta y cómo lo cuenta.


"¿Qué tendrá el baloncesto que consigue que uno se olvide completamente de los momentos malos, de las lesiones, de los viajes largos, de todas las incertidumbres sobre tu futuro y sólo te quedes con lo mejor? Cada uno de los años que he pasado como profesional de este deporte lo recuerdo como algo único y especial y me siento un auténtico privilegiado por haber podido vivir como jugador por haber incluso cobrado por hacer lo que más me gustaba.

Los años de Mayoral son inolvidables y son sobre todo una historia de amistad. La de un niño de 12 años que deja su casa para ir a otra ciudad y un grupo fantástico de personas le hacen sentir que ha encontrado una nueva familia. Cuando alguien habla ahora del mérito de Del Bosque por haber conseguido juntar un equipo humano que hace de la Selección española de fútbol un equipo imbatible, yo no puedo dejar de pensar en aquel equipo que hizo Jacinto Castillo bajo las órdenes de Javier Imbroda y Pedro Ramírez , un grupo humano increíble que aprendimos juntos a disfrutar del baloncesto y hacernos mayores debajo de unas canastas.

En un entrenamiento del Maristas con Ray Smith.
Son miles las anécdotas que atesoro de aquella época… las comidas de hermandad después del entrenamiento de los viernes. El presupuesto era exiguo, las ganas de diversión muchas… así que con un pollo asado y una coca cola de litro, convocábamos semanalmente nuestras “polladas” en casa de José Pedro García, Enrique Fernández o Carlos Elejabeitia que podían prolongarse hasta altas horas de la madrugada (¿esto no lo leerá Javier, no? Que en cualquier caso el delito ya ha prescrito)

De la vida de color de rosa que viví en Málaga pasé a un año difícil, profesionalmente hablando, en Caja Madrid. Sólo con el tiempo he podido apreciar a los grandes amigos que hice allí y con los que todavía guardo el contacto.

Regresé a Mayoral antes de terminar la temporada pero el equipo ya no era el mismo. Todos nos habíamos hecho un poco mayores y el grupo se había disuelto.

Mi siguiente destino fue Melilla, mi ciudad natal, allí dónde todo el mundo se conoce, dónde sabe de quién eres hijo, dónde la gente te para por la calle para decirte que has jugado bien o MUY MAL. Sin reparos, sin complejos.

Terminé mi carrera en El Ejido (Almería) en liga EBA, luego 2º , 3º Y MAS , allí estuve unos años en los que comencé a abrirme paso laboralmente en otras facetas ajenas al baloncesto  desde una tienda de ropa para gente joven, hasta la gestión de un gimnasio de hotel (¿alguien sabe lo que es hacer gimnasia con alemanes de 75 años de edad?).

Es una transición dura. Muy dura. Seguramente todos los que han sido deportistas profesionales saben de qué estoy hablando, de ver cómo tus sueños se esfuman, que crees que vas a poder vivir muchos años haciendo lo que más te gusta y, de repente, una lesión, el paso de los años… te hacen darte cuenta de que ya no rindes en la cancha como antes y que tienes que tomar una decisión… que ha llegado el momento de decir adiós.

Todo lo que viví como jugador profesional, las enseñanzas que me dejaron toda la gente que conocí, las experiencias… Absolutamente todo me ha servido en mi vida. El trabajo en equipo, la capacidad de sufrimiento, los sinsabores, la adversidad… cada uno de los momentos vividos ha sumado para que mi vida actual sea la que es.
Miguel Luna, actualmente.

En la actualidad trabajo en una distribuidora de música clásica como responsable de logística y almacenes. Nunca he podido desligarme del todo del deporte de la canasta y, junto a los partidillos que jugamos los amigos, he montado junto al que fue mi compañero en El Ejido, Juan Carlos Paradinas, una escuela de baloncesto en la que enseñamos a los niños a jugar, a comprender y a amar este deporte. ¿Quién sabe? Igual en un futuro una de mis dos hijas o cualquiera de los niños que hoy viven con tanta ilusión sus primeros pasos en este deporte, pueden llegar a ser futuras estrellas, pero sobre todo a comprender todo lo que el baloncesto puede darles, a hacerles mejores personas. Con eso ya habré cumplido mi objetivo".

Encantandor el tío, ¿no?

domingo, 25 de noviembre de 2012

Wallace Bryant: El primer nacido en España que jugó en la NBA


En el Barcelona jugando contra el CAI Zaragoza (Foto: Gigantes del Basket).
Atención. Pregunta de Trivial. Tramposa, eso sí.

¿Quién fue el primer jugador nacido en España que jugó en la NBA?

No. La respuesta no es Fernando Martín. La respuesta es Wallace Gordon Bryant junior.

Cromo 88-89.
Claro, claro, ahora vienen los matices. Bryant vino al mundo el 14 de julio de 1959 en la base de Torrejón de Ardoz, donde los 'yankees' llevaban poco tiempo. Su padre era militar. Me imagino que un tipo fornido, porque el niño les salió increíble: 2,13 de estatura y un corpachón enorme que le dio para ganarse la vida jugando al baloncesto bastante bien. Número 30 del 'draft' de 1982 por Chicago, pasó antes de debutar en la NBA una temporada en Cantú, donde ganó la Copa de Europa siendo el máximo anotador de la final ante el Milan junto a Antonello Riva (18 puntos).

Después, una temporada con los Bulls, una y media con Dallas y un puñado de partidos con los Clippers. No se puede decir que tuviese un papel marginal (entre 12 y 17 minutos por noche), pero volvió a Europa, en concreto al país donde nació.

Me resulta increíble recordar lo buen jugador que era y que su primer sitio en la ACB ni siquiera fuese uno de los grandes, sino Huesca, que capturó bien la ocasión tras ser Bryant cortado por los Clippers en la 85-86. El resultado fue el esperado: 23,7 puntos y 9,3 rebotes. No había muchos 'siete pies' en la liga entonces.

Su sitio estaba el año siguiente en el Barcelona, obsesionado con acabar con el predominio del Real Madrid. Y no decepcionó: 15,5 puntos y 8 rebotes para obtener Liga ACB, Copa del Rey y Copa Korac. Fue rarísimo que no continuase en el equipo, pero no tanto si se tiene en cuenta que el hombre que ocupó su teórico puesto de americano importante, Audie Norris, marcaría después una época en el Palau. Pero siempre me ha parecido un poco injusto que esa época de éxitos azulgranas se identifique tanto con la llegada de Norris cuando no fue exactamente así.
Una imagen actual. A la izquierda, claro.

Tras un añito en la Fortitudo de Bolonia, Bryant regresó a España, donde completó dos excelentes campañas con Caja Bilbao (la 88-89, 19 puntos y 9,6 rebotes) y Girona (la 89-90, 18,7 y 9 rebotes). Siempre muy fiable, muy intimidador, y contundente en ataque. Sumamente efectivo en los dos lados de la cancha.

Llegaría poco después la temida decadencia a la que se enfrentan todos los jugadores. En la 91-92 sus números en una nueva etapa en Huesca no superaron los 11 puntos y 8 rebotes, aunque sus problemas físicos se vieron disimulados en Argentina, donde apuraría hasta los 38 años (96-97) ganando varios títulos (dos ligas locales y dos continentales) en sitios como Atenas de Córdoba, Ferrocarril Oeste y Peñarol.

En estos últimos años lo que he podido encontrar de él es que ha entrenado en ligas menores estadounidenses, como la USBL (a los Jackson Wildcats) y la ABA (California Sun Kings), donde parece que anda actualmente. Vive en San Francisco, la ciudad en la que desarrolló su carrera universitaria.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Quini García: El hombre-antídoto contra Oscar Schmidt

Defendiendo a Velimir Perasovic con el Murcia.
Quini García ejemplifica bien el rol de especialista defensivo. Con él se ganó la vida decentemente varios años en ACB (seis temporadas entre Granollers y, sobre todo, Murcia) y también en Primera B/LEB (Huelva, Askatuak y la propia Murcia). Concluyó su carrera en las pistas en el 2000 en EBA, pero la continuó en los banquillos, donde ha obtenido algunos éxitos ya, aunque todavía está intentando abrirse camino en esa profesión con tanta oferta y tan poca demanda. Sin ir más lejos, él mismo está esperando ahora la llamada de algún proyecto.

En el Askatuak.
García era, ya digo, el típico jugador exterior empleado en parar a la estrella rival. No dudo que cualquiera que llegue a la ACB ha tenido grandes cualidades ofensivas en su formación, porque si no es imposible. Pero la especialización se acaba produciendo. Estamos ante un jugador muy potente físicamente, de 2,00 metros y '3' (no sé por qué en la ficha de acb.com le ponen como pívot, la verdad).

Quini García se formó en la cantera del Barcelona, pero debutó en ACB en el Grupo IFA Granollers en la 88-89. Los siguientes años pareció encasillado en ser un buen jugador de Primera y su regreso a la máxima categoría se produjo del modo más inesperado. Era 1994 y estaba jugando en Segunda con el Sant Feliuenc y se fue a Murcia a pasar la Semana  Santa con sus amigos Chema Pedrera y Javier Ibáñez. Resultó que ambos convencieron al entonces técnico murciano, Josep María Oleart, de que García podía parar --o al menos frenar un poco su aportación ofensiva-- a Oscar Schmidt, entonces con el Forum Valladolid, al que se iban a enfrentar en el 'playoff' de permanencia.

Dando instrucciones como entrenador.
Pasó de estar en Segunda a una cita tan trascendente y no lo hizo nada mal. Oscar siguió anotando mucho (33 puntos por partido), pero no con buenos porcentajes y el Murcia consiguió la permanencia en una dramática serie a cinco partidos que empezó con 2-0 en contra. Eso le valió a García para hacerse un fijo en el baloncesto de la zona, jugando cinco de los seis siguientes años en el Murcia y los que no, en Molina de Segura. En total, 129 partidos ACB con 16 minutos y 3,1 puntos. Lo dicho, un jugador defensivo y cumplidor.


"De mi etapa de jugador guardo muy buen recuerdo de todos los equipos, entrenadores y compañeros.
De todas las temporadas recuerdas buenas y malas experiencias deportivas, pero al final te quedas con las personas. Mi familia (mujer y dos niñas murcianas) y mis mejores amigos me los ha dado el baloncesto. Los campeonatos, ascensos y descensos quedan para las hemerotecas", me escribe.

Se sacó el curso de entrenador superior en el 2004 y fue ayudante y jefe de 'scouting' en el Murcia de 2001 a 2005. Después ya voló libre en EBA (Santa Pola y Alfás del Pí, logrando ascensos deportivos) y LEB Bronce (Tíjola, Torrevieja, Alaior). También ha sido seleccionador de mini basket masculino en el Campeonato de España 2010, además de presidir la asociación murciana de entrenadores y dirigir junto a Felipe Coello un campus.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Mike Harper: El 'socio' de Eddie Phillips


En acción con el Caja Canarias (Foto: Gigantes).
Mike Harper siempre será recordado en la ACB por haber formado 'pareja artística' con Eddie Phillips en el Caja Canarias. Fue durante apenas año y medio (la 86-87 y parte de la 87-88). El dúo funcionó a las mil maravillas, pero las 'cosas' de Phillips, el más genial y también el más indisciplinado de los dos, hizo que eso se rompiese.

Phillips llevaba dos años en la isla anotando y anotando, pero necesitaban a alguien que le contuviese. Eligieron a Harper, recomendado por él y que era de un carácter más pausado, además de un muy buen jugador que aseguró el tiempo que estuvo vestido de amarillo casi 20 puntos y 10 rebotes, pese a todo el juego que absorbía su socio. De hecho, era un jugador de buen currículum: unos partiditos en la NBA con Portland de 1980 a 82 y experiencia europea en Italia y Francia.

Su 'trabajo' fuera de la cancha fue bastante bien hasta que en una noche, una de discoteca de Las Américas, cuenta la leyenda que a Eddie le dio por sacar un arma y disparar al aire a cuentas de un incidente de índole racista. Eso precipitó la marcha de uno y de otro.

Harper vive ahora en Portland y asegura no saber nada de Phillips, sobre el que no he encontrado nada 'googleando', por cierto. "Le rezo a Dios para que esté bien", dice el pívot, que ahora es entrenador asistente en Lewis and Clark College, como anteriormente lo fue en la Portland University. También es propietario de una agencia de seguros (State Farm), a lo que principalmente se ha dedicado en los dos últimos años. Sigue con la misma mujer con la que estaba en Canarias, su esposa Lisa. "Vamos a celebrar nuestro 29 aniversario", cuenta.

¿Qué recuerda de su paso por el Caja Canarias? Atención que van algunas curiosidades aparte de los tópicos: "Lo recuerdo muy bien. Los mejores fans del mundo. La mejor comida que he tomado. Genial por los huevos con patatas y por el mejor departamento de bomberos del mundo. Mi mujer y yo disfrutamos del entretenimiento y de las montañas. Nos mantenemos en contacto con algunas familias de las que nos hicimos amigos entonces y rezo para tener la oportunidad algún día de volver y ver de nuevo algunos partidos del equipo"..

Ahora.
No deja ahí los elogios. "Santa Cruz y la isla de Tenerife es lo mejor para una familia en España. Jugar allí baloncesto fue lo mejor que me ha pasado en mi vida y defendí orgulloso a mi equipo. Los dos años que estuve allí me marcaron para ser el hombre que soy hoy".

Harper también dirige una organización no gubernamental que realiza distintas tareas de beneficencia, la Grassharper Foundation.

Lamentablemente, otro correo posterior que le mandé preguntándole por el incidente de la discoteca no me lo ha respondido. En cierto modo, lógico. Uno siempre ha quedarse solo con las cosas buenas.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Juan Antonio Hernández: No le llame "Vallecas", llámele en "Huesca"

En la actualidad.
Creí que me iba a ser más difícil localizar a Juan Antonio Hernández. Con ese nombre es difícil de 'googlear', pero entre Willy Tisaire, que lo tiene en su Facebook, y profundizar un poco más en el buscador añadiendo el segundo apellido no hubo problemas. Y eso que Hernández, apodado 'Vallecas' por su barrio madrileño de procedencia, fue un jugador bastante importante en su época, uno de esos anotadores nacionales que se extinguieron como los trenes de vapor o las teles en blanco y negro.

Parece que el mote se lo puso Juanan Orenga en los juveniles del Real Madrid. Después, su carrera la marcó Huesca, donde jugó a buen nivel seis de sus ocho temporadas ACB, de 1988 a 1994. Las otras dos fueron un partido de 'playoff' con el Madrid en la 85-86 (bonita forma de debutar) y una completa en el Gijón (95-96), donde había tenido una etapa anterior en Primera B cuando salió de la 'casa blanca'. Acabó en el 2000 en EBA, en Huesca. Y es que 'Vallecas' se nos hizo oscense. Entre medias, tres internacionalidades absolutas, todo un logro que premiaba su esfuerzo. Su promedio ACB es de 10,2 puntos.

Os dejo con él, sin intermediarios. Me gusta hacerlo cuando un exjugador me escribe con mucho detalle. Pero lo voy a dividir en dos partes: antes y después de la retirada. Atención porque, sobre todo en la segunda, hay sorpresas.

Con el Huesca La Magia.
1. Vida en el baloncesto

"Mis años en el Huesca fueron especiales, sobre todo por la pasión con que se vivía el baloncesto en esta ciudad con 45.000 habitantes (ahora ya son 51.000). Cada 15 días era un acontecimiento el partido del Peñas, o del Huesca La Magia, como se denominaba. Pasión por el baloncesto irradiaba la ciudad por todos los lados. Aquí he fijado mi residencia, de aquí es mi mujer desde hace ya 23 años y de aquí son mis dos hijas".

"La etapa del Madrid fue apabullante, sobre todo por el último año de junior, que estuve todo el tiempo con el primer equipo. Del Gijón, la mejor la segunda etapa, donde empezamos la temporada en EBA... y la acabamos en ACB, jugando la fase final en Gijón. ¡Qué ambiente había en el Palacio de los Deportes con los ultras del Sporting!"

2. Vida después del baloncesto

"Desde que terminé de jugar me he dedicado profesionalmente al sector de construcción, primero en varias empresas del sector como empleado (administración) para a continuación como autónomo trabajar para otras empresas, gestionando patrimonios, administración y gestión comercial".

"Eso hasta que llega la etapa en la política en el 2003. Accedo por la lista del PSOE al ayuntamiento como concejal hasta el 2007. En el 2008, y tras diez años como militante, me doy de baja. ¿Intuición..? Jajajaj".

"En el 2008 monto Promogest, empresa dedicada a la administración de fincas, gestión de patrimonios y administración... y en ello seguimos".

En el corto 'Lo que saben los pobres'.
"Compagino con este trabajo con otro relacioando con las nuevas tecnologías en el parque tecnologico Walqa, vinculado y contratado por la administración del Estado. Y soy productor de un cortometraje llamado 'Lo saben los bosques' (se puede cotillear en Facebook su página), donde además participo como actor. Está selecccionado para el Festival de Zaragoza, que es el primero al que lo hemos enviado, cruzo los dedos".

"Este año hemos iniciado un proyecto de alojamientos para estudiantes en Huesca del que no me quejo".

"De baloncesto actual no sé nada, pero de fútbol puedo hablar lo que quieras. La espalda me ha avisado un par de veces ya, y el golf y el tenis que practicaba asiduamente han pasado a segundo plano".

miércoles, 21 de noviembre de 2012

José Luis Ferreira: Aquellos 5:18 locos en Sevilla

Ferreira, el año de su hazaña.

José Luis Ferreira. Sí, uno de esos nombres nada rimbombantes que también han formado parte de la ACB, como el que más, y que encierra su pequeña-gran historia. Como todos. La suya contiene un maravilloso récord que será muy difícil de batir.

Ferreira, un producto de la cantera gallega, únicamente sumó 41 partidos en la máxima categoría (258 minutos, 97 puntos) repartidos en cuatro temporadas de dos etapas con el OAR Ferrol (88-89, 89-90, 92-93 y 93-94; en medio tuvo un par de años en el Obradoiro de Primera). Atesora una espectacular marca que será muy difícil de superar y que de vez en cuando sale a la palestra: nadie ha metido más puntos en menos tiempo en un encuentro. Es matemático. Echadle un ojo a este link. En él recoge que nuestro hombre clavó 16 'chinos' en 5 minutos y 18 segundos en pista en este partido, un Caja San Fernando-Pescanova Ferrol (98-74 para los sevillanos).

Tremendo, ¿no? 2/2 en tiros de 2, 3/3 en triples, 3/4 en libres... 21 de valoración. Que nos lo explique en primera persona, ya que ha respondido con mucho cariño a mi mensaje.

"El Caja San Fernando fue muy superior. Le salió todo perfecto en la primera mitad y a nuestro equipo todo lo contrario. El resultado es una diferencia muy abultada al descanso, que redunda en una segunda parte de juego alocado, con un equipo local jaleado en cada acción por un pabellón a reventar, y nuestro equipo con mucho desánimo e intentando capear el temporal para que la diferencia final no fuera escandalosa. En esa tesitura salgo a la cancha faltando escasos 5 minutos para el final, e intento hacer todo lo posible para no dejar un mal sabor de boca. Fue de esos días en los que te entra todo, que tienes la mano tonta y sabes que no vas a fallar cuando armas el tiro. Fueron 5 minutos eléctricos de acierto personal que recuerdas para siempre, aunque empañados por el contexto de un mal partido en sentido colectivo. Recuerdo como si fuese hoy el ambiente muy tenso que se vivía en el autobús de regreso al hotel, y a mis 22 años repasando mentalmente cada una de las jugadas de esos 5 minutos. Lo que no sabía y nunca me imaginé es que estaba en posesión de uno de los records de la ACB, aunque sea el menos conocido, jajaja. Sé que es una anotación muy alta en muy poco tiempo, y la hipotética progresión en 40 minutos serían alrededor de 120 puntos a ese ritmo, pero siempre creí que habría otros jugadores que tuviesen parciales semejantes o mejores".

Imagen actual de José Luis Ferreira.
Tremendo, ¿no? Ferreira era un jugador a medio camino entre el base y el escolta. Si jugaba de '1' intentaba sacar partido de su altura (1,92); si lo hacía de '2', del tiro de 6,25. Jugaría también con el equipo de Ferrol en EBA, además de en Ponferrada en esta misma categoría y en el Estoril portugués. Se retiró en 1998, a los 27 años, después de haber aprobado las oposiciones como funcionario del Ministerio del Interior. Ahora vive en Narón, una localidad pegada a Ferrol.

"Los recuerdos y sensaciones que me han quedado de mi carrera profesional, visto desde la distancia de todo este tiempo, no son más que buenos. Siempre me creí un afortunado por poder hacer algo que adoraba delante de mi gente y de pabellones a rebosar, con la camiseta del equipo de mi ciudad desde que tenía 14 años y poder compartir cancha, charlas y experiencias con ídolos de la canasta. El baloncesto me ha dado amigos y una filosofía de vida en la que el trabajo, el esfuerzo, la disciplina y la ilusión son muy importantes. La única pena que me queda a nivel personal es la desaparición de mi equipo, el OAR Ferrol, en un momento en que deportivamente estaba creciendo a título personal", remarca.

martes, 20 de noviembre de 2012

Dusko Ivanovic: Así era como jugador 'el sargento destituido'


Defendido por Lalo García (Forum) en la temporada 90-91. Aquel día anotó 37 puntos. (Fotos: Gigantes)
La destitución de Dusko Ivanovic al frente del Caja Laboral ha sido la gran noticia de las últimas 24 horas en el baloncesto español. Un entrenador de métodos controvertidos, pero de resultados difícilmente discutibles en sus dos etapas en Vitoria, con un paréntesis en Barcelona en el que sí patinó gravemente. Parecía bien integrado en el peculiar 'ecosistema' que genera Josean Querejeta, por mucho que ocasionen desgaste ante la hinchada el hecho de ver mucho tiempo una misma cara en el banquillo y los inevitables vaivenes de los sucesivos equipos.

Campeón de Europa en 1990.
A Ivanovic lo sustituye Zan Tabak, de quien ya hablamos aquí en su vertiente de jugador. Precisamente sobre ese aspecto me he propuesto escribir hoy en lo que concierne a Dusko: todos le conocemos como técnico --caracterizado por su disciplina extrema y su rigurosidad, a veces irracional--, pero también es bueno saber cómo se desenvolvía sobre la pista. También le tuvimos por aquí, que es en lo que me centraré.

Para empezar, aquí podéis ver su ficha en ACB.com. Nacido en Montenegro (bueno, faltaban 50 años para que fuese independiente), jugó del 80 al 87 en el gran club del país, el Buducnost, donde destacó como uno de los máximos anotadores de la competición yugoslava (tope, 28 puntos en la 86-87). De allí pasó a la mítica Jugoplastica de Split en la que coincidiría, ya habréis caído muchos en el dato, con Tabak. Uno era el más veterano de la plantilla y el otro, el junior. Los dos extremos de un grupo fantástico del que no hace falta mirar en las hemerotecas para que te salgan los nombres: Toni Kukoc, Dino Radja, Velimir Perasovic (sí, histórico del Tau, otra conexión), Goran Sobin (también jugó unos partidos en Vitoria), Zoran Savic, Luka Pavicevic, Zoran Sretenovic... Fijaos que el tercer base, que jugaba muy poquito, era Petar Naumoski. Hasta un americano normalísimo como Avie Lester brilló.

Ivanovic era un exterior algo raruno. Al contrario de lo que se pueda pensar por lo que transmiten sus equipos, no era un especialista defensivo, aunque todos recuerdan su gran ética de trabajo y la tutela que ejercía sobre los jóvenes. En ataque metía mucho, pero rara vez tiraba de tres, pese a ser un escolta.

Vestido de aquel amarillo que tanto deslumbraba a los que iban vestidos de azulgrana ganó dos Copas de Europa, siendo un secundario de lujo (entre 17 y 19 puntos por partido), tras lo que recibió al fin el permiso para ganar algo más de dinero en el extranjero. Era la temporada 90-91 y fichó por el Valvi Girona de Alfred Julbe, donde coincidiría con los experimentados Quim Costa, Josep Maria Margall y George Johnson, entre otros. Todo iba fenomenal (promediaba 27 puntos, siendo el segundo máximo artillero de la liga tras Walter Berry, con un tope de 43 al TDK ¡con 20/25 en tiros de dos!) cuando una hernia discal le dejó K.O. para el resto de la campaña y fue sustituido por Richard Rellford.

La 91-92 regresó y sí la disputó íntegra, con una aportación menor (21 puntos), pero también muy importante. La plantilla del Valvi era prácticamente la misma, con la novedad de un chico que vivía su primera temporada en Europa, un tal Darryl Middleton que parece que sigue jugando, cuentan.

Recién llegado a Girona.
En la 92-93 tuvo problemas para encontrar equipo. Suplió durante un mes a Jure Zdovc en el Limoges y en octubre se incorporó de nuevo al Girona sustituyendo al base Johnny Moore. Tanto en Francia como en España cumplió (18 puntos por partido), aunque su mente ya parecía estar en su futuro trabajo: el de entrenador.

"Era muy exigente consigo mismo y trabajador. Nos permitió estar compitiendo arriba con poco dinero", recuerda Julbe. "Como todos los veteranos, era curioso con los métodos y los porqués de las cosas que hacíamos. En casi todos los mayores se puede anticipar un futuro entrenador", añade.

Su desembarco en los banquillos esperaría un poco, aunque también estuvo relacionada con su siguiente estación: la floja liga suiza, en la que, con 36 años, promedió 30 por partido con el Fribourg. La temporada siguiente, consiguió un puesto de ayudante en el propio Girona como ayudante de su excompañero Costa --actual técnico del Huesca, por cierto--, pero en la 95-96 regresaría como entrenador-jugador a Friburgo (y clavó 18,3...).

La historia a partir de ahí es más o menos conocida: Suiza (donde llegó a ser seleccionador), un añito en el Limoges y la etapa más triunfante en Vitoria antes de irse al Palau y regresar al Buesa Arena.

Un último sarcasmo de la historia: ¿sabéis cuál fue el club de debut de Zan Tabak como entrenador-jefe, la temporada 2011-12? Sí, el Girona...

lunes, 19 de noviembre de 2012

José María Pedrera: Anécdotas desde el camión


Ahí lo tenéis, en el camión desde el que desarrolla su jornada laboral.
Continúan las 'sinergias', que diría un cursi, entre este espacio en internet y mi trabajo 'normal' en El Periódico Extremadura (que no tiene nada de 'normal', por cierto: cada día es una aventura). Localicé a José María Pedrera en Mallorca, donde conduce un camión para una lavandería industrial. La historia nos pareció tan buena que, siendo él extremeño y exjugador del Cáceres (además de hermano de Toni, el también exbaloncestista y director general de Deportes regional), estimamos que había que darla en el diario. Y no en pequeño, eh. Abrió la sección de deportes y además fue la tercera noticia más leída del día en la web. Eso demuestra que lo 'retroacb' puede vender bien a públicos no tan minoritarios como podía yo mismo pensar en principio. La reciente noticia que di aquí sobre el cáncer de Riley Clarida ha rozado las mil visitas diarias, por poner otro ejemplo.

El reportaje de Chema lo podéis leer aquí. Fue un jugador con bastante mala suerte para las lesiones y cuyo tremendo tiro exterior hubiese merecido algún tiempo más en ACB aparte de los 54 partidos con Barça, Murcia y Cáceres. Como tantos otros, tuvo una difícil reconversión desde la vida deportiva a la 'normal'. Y sacarse el carnet de camión fue su salida. Pero leed el link y os enteraréis de más detalles.

Aquí lo voy a ampliar con unas anécdotas "en primera persona" que me contó de sus tres clubs ACB y que no tuve espacio de reproducir en el periódico. Ya sabéis: las limitaciones del papel. Allá van. Ojo que no tienen desperdicio ninguno:

--Barcelona (1990-93):
A la derecha, con la Copa del Rey del 91.
"Solo tengo recuerdos buenos. Allí me hice como jugador y también como persona, aunque ya llevaba una educación muy buena de mis padres y allí ya lo tuvieron fácil. No puedo decir un solo recuerdo, porque fueron muchísimos buenos: ganar la copa del Rey en Zaragoza (aunque no jugara), salir en la Copa Saporta como titular en Grecia con Aíto contra el Iraklis...

"Cuando iba con el primer equipo me acuerdo que Epi y Solozábal me hacían sentarme a su lado en las comidas y cenas. Me pusieron el nombre de "Pata", de "patanegra", ya que un día se me ocurrió decirles que tenía un tío que trabajaba en Resti (fábrica de jamones, chorizos, etcétera) y me hicieron un pedido enorme de jamones y quesos. Como yo no tenía coche, cuando llegaron los jamones el mítico Epi pasó por mi casa de Esplugas a por mí y fuimos en su coche a recogerlos".

"Con Malkovic ya no jugué casi nada. No era de su agrado, pero tengo anécdotas graciosas. Con su hablar español del primer año, que era un poco 'en indio', un día al hacer una finta de recepción para recibir el balón, para el entreno y dice: 'José, ¿eso que es baile country o qué?'. Luego otro día en pretemporada en Andorra nos coge a Lisard Gonzalez y a mí y nos dice: 'lo vuestro no es baloncesto, lo vuestro es sabotaje'. Y otra también en Andorra viene y me dice: 'José, tú cara simpática, ¿pero qué?' Menos mal que yo, gracias a mi carácter no me venía abajo. Me lo tomaba bien. En el Palacio de Deportes de Madrid, en un entreno el día antes de jugar contra Estudiantes, en un contraataque que iba botando, se pone a gritar 'EHHHHHHH, José, levanta cabeza, que vas fuera de pabellón'. Y a mi gran amigo Ángel Almeida, que en paz descanse, le dijo: 'Ángel, tú no corres con cronómetro, tú corres con calendario'. Podría estar contando muchas más, claro...".

Card de MC en Murcia (94-95)
--Murcia (1993-96)
"Al principio de llegar, todo sobre ruedas. Jugaba bastante, me iban las cosas rodadas, hasta que llegó la lesión del quinto metatarsiano, y lo que era en principio una lesión que en tres meses estaba, se convirtió en un infierno, ya que me lo volví a romper dos veces más".

"Aparte de eso fueron buenos años, ya que coincidimos con el trío mágico de americanos (Johnny Rogers, Bobby Martin y Mike Anderson). Éramos los reyes de Murcia ese año. Una noche después de un partido, fuimos a un pub de moda por aquel entonces. Casi nunca nos cobraban... si dábamos la contraseña, que no era otra que el señor Martin se sacara la 'porra' y la pusiera sobre la encimera. Estaba oscuro y no se veía bien, pero era eso y ya había casi barra libre".

--Cáceres (1996)
"Fueron dos meses con contrato y varios más entrenando con ellos. Fueron difíciles porque no íbamos bien, echaron a Manolo Flores y vino Manel Comas. Tengo anécdotas muy buenas con David Brabender (muy buen tío), pero esas no las contaré. Pero sí que en un año en la feria que teniamos una caseta, y que no salíamos de allí solo para ir a ducharnos a casa y poco mas durante una semana. Ya había el murmullo de alguna gente, que hacían el comentario de que 'nos metíamos' para poder aguantar el ritmo que llevábamos. Y no podíamos ser más sanos: nos lo pasábamos genial y con alguna copilla, no muchas, tiramos".

En fin, todo un personaje. Su último partido como profesional fue en el 2006: un amistoso con el Grupotel Muro (EBA) contra el Real Madrid. Metió un triple (cómo no, su última canasta como profesional) y se rompió la rodilla.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Michael Young: De Houston y Pucela a la Copa de Europa

Con el Fórum, machacando ante Wayne Robinson (Foto: Gigantes del Basket)
Michael Young vivió un punto de inflexión en su carrera deportiva en Valladolid, donde estuvo dos temporadas (87-88 y 88-89). Seguramente a orillas del Pisuerga consiguió la fuerza y la confianza suficientes como para protagonizar un lustro después una de las sorpresas más grandes de la historia del basket continental: la Copa de Europa que ganó el Limoges en 1993.

A Young le recordamos en España, sí, como un gran jugador ofensivo. Pero cuando llegó aquí estaba, se supone, lleno de dudas: había tenido una brillante carrera universitaria con la Universidad de Houston, llegando a dos finales consecutivas (y perdiéndolas) con un equipo de gente como Akeem (todavía sin h) Olajuwon, Clyde Drexler o 'nuestro' Larry Micheaux. Por lo que leo, ha sido el único 'Cougar' en la historia en jugar de titular los cuatro años de universitario.

Sin embargo, y tras ser elegido el 24 por los Celtics en 1984, en su periplo hasta Valladolid solamente consiguió jugar dos partidos con los Suns (84-85) y otros dos con los Sixers (85-86). Hasta dio con sus huesos en los Detroit Spirits de la CBA, donde empezó a recuperar su portentosa mano (26 puntos por partido).

En el Limoges, acercándose a la gloria.
Eligió bien yendo a Valladolid en 1987. Entrenado por Mario Pequera, era aquel un equipo en crecimiento, con una inteligente mezcla de veteranos (Mike Phillips, Juanito de la Cruz, Quino Salvo, Samuel Puente) y jóvenes (Miguel Angel Reyes, Silvano Bustos), con un gran (e infravalorado) base como Alonso dirigiendo las operaciones. Young creció bien en ese ecosistema, en un perfecto papel de ejecutor. Tenía un gran tiro tras bote, penetraba con fuerza y podía, con esa estatura mágica de 2,00, jugar tanto de '2' como de '3' de forma muy competitiva.

Sus dos campañas en el Forum fueron casi exactas en cuanto a números: 23,4 y 23,9 puntos de promedio, 5,2 y 5,0 rebotes. Eso le dio fuerzas para intentar en 1989 de nuevo la aventura NBA. Esta vez sí consiguió jugar la temporada entera con los Clippers, aunque su papel no fuese muy relevante (4,9 puntos por partido). Su sitio estaba en Europa.

En Francia, en concreto. Tras pasar un año en Reggio Calabria, en 1992 desembarcó en el Limoges de Maljkovic. Con un equipo discretísimo en cuanto a nombres (bueno, vale, Dacoury y tal..., pero vamos...), se metió en la Final Four y derrotó sucesivamente al Madrid de Sabonis y a la Benetton de Toni Kukoc. Allí todo Dios defendía obsesivamente y alargaba las posesiones hasta el infinito. Y, cuando no sabían qué hacer, la bola llegaba a Young, que resolvía.

Ahora.
"Para mí  la semifinal contra el Real Madrid fue el punto culminante de la Final Four. Era un gigante, un mito frente a nosotros. Pero lo hicimos y todo se hizo posible. (...) El entrenador fue capaz de hacernos creer que la Benetton no era tan fuerte como elos. ¡El Kukoc-Benetton! ¿Es que se puede imaginar eso? Y lo creimos. En la primera mitad, tuvimos la presión y jugamos mal. En el vestuario, nos dimos cuenta de que si queríamos, podíamos. El resto es historia. Sólo tengo una pena: ese año, el trofeo era feo. Yo soñaba con tener el viejo en mis manos. Se cambió de nuevo el año siguiente", recuerda.

Estuvo tres años en el Limoges (por debajo de los 20 puntos de media por partido, qué rareza, pero es que a aquel ritmo...) y uno en el Lyon, retirándose a los 35 en 1996.

Volvió a Houston, donde casi inmediatamente se puso a trabajar de nuevo con los Cougars en distintas funciones. Desde hace siete años es el director deportivo de la sección de baloncesto, con plenos poderes para en ese ámbito. Anteriormente había sido un año entrenador asistente y otros cinco preparador físico. Tiene cinco hijos. Entre ellos, Joseph está en el equipo, mientras que una de las chicas, Mayorca, está en el de atletismo.

Le envié un mail que me respondió corta, pero entusiásticamente: "Mis recuerdos de Valladolid son buenos. La gente fue muy amigable y es un gran sitio para jugar baloncesto. Tengo amigos a los que me gustaría ver. Me gustaría saber qué tal les va al entrenador y a los compañeros que tuve. Diel a todo el mundo 'hola' de mi parte y que añoro aquellos estupendos tiempos. Me encantaría volver pronto para hacer una visita".

sábado, 17 de noviembre de 2012

Xavi Crespo: La rodilla le ganó a la muñeca


Con el Barça, 89-90 (Gigantes)
Xavi Crespo protagonizó una trayectoria, digamos, incompleta, de dientes de sierra, atormentada por las lesiones, pero también de destellos de enorme clase. Producto de la cantera del Barcelona, salió y entró varias veces del conjunto azulgrana, así como del Joventut. Ofreció también buenos réditos en León y Valencia. Más en el Elosúa, haciendo letal pareja con Xavi Fernández.

Era un '3' moderno, que podía adaptarse a jugar al poste y que con el tiempo fue desarrollando un tiro de tres puntos realmente temible. Pero también tenía problemas de lesiones que no dejaron que su progresión culminase.

Tras salir de la cantera del Barça, con el que llegó a debutar muy crío en la 84-85, su salto a la fama se produce en un fructífero bienio en el Joventut (86-87 y 87-88). Lo hizo tan bien como verdinegro que se curró el regreso a un Barcelona que lo ganó todo por aquella época (menos la Copa de Europa, claro). No llegó a desbancar a los aleros titulares, Epi y Andrés Jiménez, pero sí fue muy importante saliendo del banquillo y cubriendo el hueco dejado por Chicho Sibilio.

Llegó a la selección, cuya camiseta vestiría 19 veces. Sin embargo, en la 90-91 apenas pisó la pista por la primera de sus graves lesiones y se vio obligado a marcharse en la siguiente al León, donde recuperó un buen tono, con los mejores números de su carrera (entre 11 y 12 puntos por partido), aunque dio muestras fuera de la pista del fuerte carácter que también le caracterizaba dentro de ella. Tristemente famosa fue su agresión a un periodista que no debía caerle bien.

En León tampoco tuvo suerte en otro aspecto: el club sufrió una repentina crisis económica y se vio afectado por un ERE, una práctica novedosa en los clubs de basket. El Barça le guardó un hueco en la 93-94, pero no cuadró también y fue fichado en la siguiente por el Pamesa Valencia, donde tampoco duró más de un año. Regreso a Badalona, ese refugio donde esperaba relanzar su carrera, pero sus tremendos dolores de rodilla tampoco le permitieron rendir en las dos últimas campañas como profesional (95-96 y 96-97, apenas 2 puntos de promedio).

Se retiró prontísimo, con 31 años, pero dejó un último servicio al Joventut que, la verdad, en Cáceres nos cuesta olvidar. En la final de Copa del Rey del 97 su equipo iba 17 puntos abajo en la segunda parte. Alfred Julbe, entonces técnico de los catalanes, miró al banquillo desesperado y sacó a Crespo, que apenas jugaba ya. Lo que hizo en los escasos minutos siguientes, tres triples consecutivos, fue el inicio de la remontada que supondría el título verdinegro.

En la final de Copa-97 (Ache)
Según cuenta, tuvo un difícil adaptación tras retirarse del basket. Ahora trabaja para la Fundación Johan Cruyff. Como me ocurrió con Carles Ruf, he encontrado en Encestando.es una estupenda entrevista con Crespo. Aquí la podéis leer completa. Gran trabajo de Mariano Galindo. Yo sólo os extraigo algunas frases.

"Me dolió muchísimo tomar esa decisión (retirarme), porque desde los 16 años me había movido en dinámicas de primeros equipos. La retirada es un proceso curioso. Los primeros días, cuando el resto vuelve a la práctica y se ha acabado el verano, que ha sido fantástico, alargas las vacaciones, disfrutas. Pero la pregunta, pasados los meses termina llegando: ‘¿Ahora qué se hace?’ Es una situación complicada y a mí me faltaban los mimbres para gestionarla. Debería haber estado preparado mejor de lo que lo estuve".

Imagen actual, en una campaña en favor de las personas con discapacidad.
"Me pasé ocho meses buscando trabajo como un loco sin resultado. Encontré en una ONG algo totalmente altruista pero que me hizo tener una rutina. Tras otros ocho meses, empecé de representante de moda. Eso me puso definitivamente los pies en el suelo. Tuve éxito en el pasado, pero eso se había acabado y había que empezar por abajo. Tras ello, llegaron diversos trabajos, algunos de comunicación, pero faltaba algo. A los 39 años fui consciente de que a pesar de todo, de que había cogido experiencia, carecía de herramientas para ser mejor".

"He pasado por todos los estados. Del éxito a sufrirlas y vérmelas fatal económicamente. Yo, que gané más dinero que el que la mayoría de la gente ganará en su vida… Cuando tienes mucho, gastas mucho. Por eso yo ahora intento ayudar a que otros no cometan esos fallos".

"Soy feliz, hice cambios en mi vida, analicé, me divorcié. Soy mucho mejor ahora que cuando jugaba. Me siento un privilegiado porque viví 16 años de lo que más me gustaba, el baloncesto. Hacía lo que yo quería. Soy consciente de que como jugador experimenté cosas y sensaciones que jamás volverán".

viernes, 16 de noviembre de 2012

Riley Clarida: Un ex Baskonia con cáncer cerebral


Riley Clarida, tratado en Estados Unidos tras diagnosticársele un tumor cerebral.

Capturando un rebote ante los estudiantiles Stotts y Aleksinas en la temporada 83-84.
Riley Clarida jugó en el entonces denominado Arabatxo Baskonia en la temporada 83-84, la primera bajo las siglas ACB. Solamente lo hizo un año y, aunque a buen nivel, no continuó. Formó pareja con un nombre sí realmente mítico como el de Essie Hollis. Pues bien, estas cosas del internet a veces te llevan, a golpe de ratón, a noticias desconocidas en España. Noticias desagradables.

En Vitoria, sonriente.
Clarida tiene 54 años ahora y sufre un cáncer cerebral. Y está buscando dinero para poder seguir tratándoselo. Después de serle diagnosticada la fase 3, empezó con la quimioterapia "con todos sus efectos debilitadores y sus grandes costes médicos. Su estado de salud se volvió entonces peor y después de tres semanas de tratamiento, sufrió un ataque al corazón, dejándolo dañado. Riley se está preparando para la discapacidad y continúa luchando por tener otra oportunidad y ganarle el partido al cáncer, aunque sea con una canasta sobre la bocina". El entrecomillado es una traducción de esto: una página estadounidense que recoge donaciones para enfermos que las necesitan. Parece muy verdad todo. De momento, la recaudación está muy lejos de lo que necesita. Hay cosas que no cubre su seguro médico.

En la misma página se dan actualizaciones sobre su estado. Se cuenta que está en el Hospital Monte Sinaí, en la sección de oncología, y que cualquier apoyo, de cualquier tipo, es bienvenido. Hay hasta la opción de mandarle simplemente "un abrazo" ("hug").
Homenajeado en Long Island
hace unos años

Clarida, de 2,02 y pívot, jugó una temporada en la universidad de George Mason (78-79) y tres en la de Long Island (del 79 al 82), donde es uno de los históricos a nivel estadístico. Fue seleccionado en la novena ronda del 'draft' de 1982 por Utah Jazz, donde no llegó a jugar. Se pasó un año en los Albany Patroons de la CBA antes de iniciar la aventura europea en Vitoria, donde promedió unos buenos 17,4 puntos y 7,3 rebotes. Esa última era su especialidad. En un coleccionable que sacó en 1991 'Gigantes del Basket' sobre los americanos que habían pasado por la ACB se le define así: "Un jugador atípico. Pívot bajo, muy ancho, técnicamente limitado, pero muy luchador, especialmente bajo los tableros. Recordaba al más conocido Clarence Kea. Formó pareja con Essie Hollis y su rendimiento fue, pese a todo, casi inmejorable".


En una historia tan tremenda no me puedo reprimir un toque humorístico. El gran Mikel Cuadra, compañero suyo en Vitoria, cuenta sobre él una anécdota enorme en Basketconfidencial. No os la desvelo porque él la cuenta con una gracia insuperable. Tenéis que darle al click aquí. Pero observando bien la foto de arriba, en la que captura un rebote ante el Estudiantes, os la podéis imaginar.

Después de pasar por el Baskonia jugó en Israel. En los últimos años ha trabajado con estudiantes en un high school de Brooklyn, residiendo en Staten Island, esa pequeña isla frente a Manhattan, cerca de la Estatua de la Libertad. Ahora, Riley intenta coger la posición para capturar su mejor rebote, el que más necesita.
 

jueves, 15 de noviembre de 2012

Manel Sánchez: Pólvora desde Lugo


Con el Breogán, su equipo de 'casi toda' la vida. (Foto: Gigantes del Basket)

Una de sus dos internacionalidades.
Culminamos con una semana muy gallega con Manel Sánchez, que fue para Lugo lo que Manuel Aller fue para Ferrol: un referente anotador desde el exterior perfectamente asociado al 'microcrosmos' del equipo, de sus colores, de su ciudad. A nivel estadístico se puede decir lo mismo de los dos: en el caso del escolta del Breogán, estuvo siete temporadas en ACB con promedios entre los 13 puntos (en la 91-92, ya con 34 años) y los 21,6 en la 88-89. Resulta tremendo que en 243 partidos en la máxima categoría asegurase nada menos que 17,7 por choque (en 35 minutos).

Yo creo que Manel era más físico que Manolo, pero es solo una impresión, o un recuerdo borroso. La lástima a sus ojos es que le costó tanto triunfar en casa como retirarse en ella, dos borrones a una trayectoria claramente teñida de celeste.

"Me tuve que ir para que se me valorase", recuerda Manel. Sí. Ocurrió a finales de los 70, en la época pre-ACB. El chico de Lugo viajó un año a Ferrol, Vigo y Manresa un año y dos a Zaragoza para poder abrirse camino. Cuando regresó al Breogán en 1983 ya lo hizo como un jugador importante, hecho, y no perdería los galones todo ese tiempo. Pero el final tampoco fue como él había soñado: "Me costó llegar y me hubiese gustado retirarme en el 'Breo', pero me tuve que ir al Viña Costeira de La Coruña para hacerlo". Era 1993.

Imagen reciente, como técnico.
Desde entonces, ha probado de tres platos principales para darle contenido a su vida: el baloncesto (como técnico llegó a ascender con el Yaya María Ensino a Liga Femenina, "un momento bastante bonito"), la política (ocho años como concejal del PP en Lugo, cuatro de ellos en la oposición y cuatro en el poder) y la empresa, que es lo que le tiene ahora más ocupado. Abrió una tienda de deportes especializada en baloncesto y también una web que es una auténtica locura para los aficionados a las zapas. Como su nombre sigue siendo una referencia en el basket gallego, se llama www.manelsanchez.com

"El baloncesto de mi época claro que era diferente al de ahora, aunque no tanto como el de ahora, porque entonces también había mucha gente física. Pero la imagen que me queda es súper bonita, porque vivimos o que entonces se consideró un 'boom' y todo se vivía de manera muy intensa", reflexiona.

También le cupo el honor de ser internacional, aunque menos que a Aller. Jugó un par de partidos de Preeuropeo (creo que en 1989, pero no me hagáis mucho caso) y no acudió a ninguna gran cita veraniega. "Le estoy muy agradecido a Antonio Díaz Miguel por haberme dado la oportunidad. Fue maravilloso haber jugado aquellos dos partidos, porque en mi posición era casi imposible hacerlo con los jugadores que había". Ahora lamenta que, por precaución, no pueda unirse a una de esas 'pachangas' de veteranos que se organizan: tuvo una seria operación de cadera de la que quedó bien, pero es mejor no arriesgarse.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Manuel Aller: "Simplemente", el escolta del OAR


Principios de los 80, esas canchas de Dios... y cierto aire a Ricky Rubio, ¿no?
Ayer hablábamos de Ricardo Aldrey y hoy, inevitablemente, hay que hacerlo de Manuel Aller, al que repetitivamente en su época de jugador se le llamaba 'Manolito', no sé si para su gusto o no. Como ya dije, Aldrey y Aller fueron 'pareja artística' durante muchos años en el OAR/Clesa Ferrol. Aller era el brazo ejecutor: uno de esos anotadores nacionales que ya, simplemente, no existen.

Hay ligeras diferencias entre Aldrey y Aller, eso sí. Aller no es gallego, aunque como si lo fuera. Nació en el Bierzo leonés, en Ponferrada, aunque toda su carrera profesional, excepto un añito en el efímero proyecto del Salamanca en ACB, transcurrió en Galicia y en Ferrol, donde todavía sigue viviendo.
Principios de los 90.

Aller también gozó de mayor reconocimiento nacional que Aldrey. En 11 temporadas en ACB promedió casi 12 puntos por partido, con picos como los 18,9 de la 88-89. Y fue 19 veces internacional, incluyendo un gran torneo como fue el Eurobasket de Zagreb en 1989. "Es como si ahora te llaman para jugar con Pau, Ricky y Rudy. Para mí fue algo inolvidable, todo un premio, no solo a mí, sino al club y a toda la gente que me rodeaba", recuerda. En aquella época, la nómina de aleros con la que competía era tremenda: Epi, Villacampa, Margall, Sibilio, Fernando Arcega... "Era muy complicado hacerse hueco".

Ser 'santo y seña' del baloncesto de un lugar es una responsabilidad gozosa, según nuestro protagonista. "Hacíamos los que nos gustaba y encima nos pagaban por ello. Para nosotros fue muy especial que tanta gente se fijase en nosotros durante una época, sobre todo porque estábamos alejados de los grandes centros del baloncesto nacional, como Madrid y Cataluña".

Con la Federación Española (FEB.es)
Considera que es "muy difícil" que un nacional vuelva a ocupar un puesto tan importante a nivel de anotación en un equipo de la zona media-baja de la tabla de la ACB ("los tiempos han cambiado. Ahora ya ningún jugador está tantos minutos en pista"). Y, cuando se le pregunta por el OAR, dice por un lado que "tampoco puedes mirar atrás" y por otro que "fue un proyecto que se hizo de una manera muy especial, con gente de la casa, comprometida, varios jugadores que estuvimos muchos años juntos y que nos dejó un recuerdo maravilloso".

Manuel Aller colabora con el gabinete técnico de la Federación Española de Baloncesto, para el que realiza seguimiento de jugadores. Además, ha estado implicado en distintas empresas.

Mañana terminaré esta pequeña 'trilogía' del basket gallego con otro legenario: Manel Sánchez.